Hay muchas personas que dejan de tomar lácteos (incluso en sus versiones desnatadas) en la creencia que la leche, yogures, quesos»¦ son responsables de su exceso de peso o que al menos su consumo dificulta su pérdida de peso.
Varias estudios observacionales y experimentales, abordaron en el pasado el efecto del consumo de productos lácteos sobre el peso corporal y la composición corporal pero los resultados no fueron del todo claros. En 2012 se publicó un metaanálisis que abordaba este tema. En él se buscó la relación del consumo de productos lácteos respecto y su influencia sobre el peso corporal, masa grasa, masa magra y la circunferencia de cintura en adultos. Se realizó una búsqueda de artículos desde enero 1960 a octubre 2011.
Tras comprobar los resultados se pudo ver que aumentar la ingesta de lácteos pero dentro de una dieta sin restricción de energía no afecta significativamente el peso, masa grasa, masa magra y a la circunferencia de cintura. Sin embargo cuando hablamos de dietas con restricción de energía el consumo de más lácteos dio lugar a una mayor pérdida de peso, pérdida de grasa corporal, disminución de la circunferencia de cintura e incremento en la masa magra.
Por tanto la conclusión es que un mayor consumo de productos lácteos sin restricción de energía no da lugar a un cambio significativo en el peso o composición corporal, mientras que la inclusión de los productos lácteos en las dietas de restricción energética de pérdida de peso afecta significativamente el peso, la masa grasa corporal, masa magra y circunferencia de cintura.
Aprovecho para recordar que ya comenté en el pasado en mi blog algunos metaanálisis que relacionaban una mayor ingesta de calcio con una mayor oxidación de las grasas (esto podría justificar por qué al ingerir más lácteos en una dieta hipocalórica se puede perder más grasa corporal).
Sea como fuere, vemos que salvo que haya alergias a proteínas lácteas o intolerancias a la lactosa ( hoy en día ya hay en el mercado productos lácteos sin lactosa con lo cual si somos intolerantes a la lactosa podemos tomarlos perfectamente), dejar de consumir productos lácteos no tiene mucho sentido e incluso puede hacer ( si estamos a dieta) que perdamos menos peso ( al margen de que los lácteos son un grupo de alimentos cuya frecuencia de consumo recomendada es a diario dos o tres raciones). Eso sí, desde el punto de vista de la salud cardiovascular elegir las versiones bajas en grasa (desnatados, semidesnatados) es más interesante (al disminuir la ingesta de grasa saturada) y además así reducimos las kilocalorías ingeridas.