El bajo consumo de productos lácteos estimula la formación de enfermedades metabólicas y a todo lo que ello conlleva, incluyendo la obesidad, el colesterol alto, resistencia a la insulina, diabetes y a enfermedades del corazón
Hay una razón por la que muchas personas que regularmente ve, ingieren refrescos dietéticos y consumen productos lácteos bajos o sin grasa cuando toman su desayuno, ellas son algunas de las personas con más sobrepeso y poco saludables en la sociedad. Los productos lácteos que han sido despojados de sus grasas naturales y perfiles de ácidos grasos, no solo estimulan el aumento de peso poco saludable, sino que también aumentan el riesgo de desarrollar enfermedades del corazón, diabetes y otras dolencias relacionadas.
Lo crea o no, el ridículo mito de que la «grasa engorda», es sorprendentemente frecuente en muchos segmentos de la sociedad. Por ejemplo, muchos médicos y dietistas de la vieja escuela siguen animando a sus pacientes a comer muchos granos integrales y evitar grasas saturadas, estas dos recomendaciones extremadamente poco aconsejables, seguirán enfermando a las personas con sobrepeso hasta que esta errada ideología sea para siempre y completamente lanzada al basurero de la mala ciencia.
Todos los factores de riesgo se asocian con lácteos sin grasa. Por el contrario, el consumo de lácteos con toda la grasa se asocia con una disminución de riesgo
Pero esto sólo ocurrirá a través de una continua educación en los últimos avances científicos, que es abundantemente clara sobre el asunto. Como lo destaca el Dr. Chris Kresser, en su blog donde muestra una serie de estudios recientes de manera irrebatible, que el bajo consumo de productos lácteos estimula la formación de enfermedades metabólicas y a todo lo que ello conlleva, incluyendo la obesidad, el colesterol alto, resistencia a la insulina, diabetes y a enfermedades del corazón.
Un meta-análisis de 16 estudios, de hecho, el coescrito por el Dr. Stephen Guyenet, uno de los colegas del Dr. Kresser, encontró que todos estos factores de riesgo se asocian directamente con bajo consumo de lácteos y sin grasa. Por el contrario, el consumo de productos lácteos con toda la grasa se encontró asociado a una disminución de riesgo para todas estas condiciones.
Su cuerpo necesita ácidos grasos únicos, nutrientes que se encuentran en productos lácteos grasos
Mediante la eliminación de la grasa de los productos lácteos, los procesadores de alimentos terminan con la supresión de una gran cantidad de ácidos grasos y otros nutrientes. Estos componentes vitales no solo ayudan a la digestión y asimilación de otros componentes lácteos como el suero en la leche, sino que también abastecen al cuerpo de la protección necesaria contra la degradación digestiva y cardiovascular.
Por ejemplo, el butirato, uno de los ácidos grasos primarios que se encuentran en la grasa láctea, proporciona energía a las células que recubren el colon y les ayuda a inhibir la inflamación en el tracto gastrointestinal. En exámenes, a pacientes con enfermedad de Crohn se les dosifica diariamente 4 gramos de butirato durante ocho semanas, para que sean curados por completo. El butirato no se encuentra en productos lácteos sin grasa.
Otro estudio que analiza el ácido palmitoleico, otro ácido graso prominente, se encuentra en la grasa láctea; se determinó que este nutriente es esencial en la regulación de niveles de colesterol en la sangre. El ácido palmitoleico también ayuda a modular niveles saludables de insulina y la sensibilidad a la insulina, reduciendo el riesgo de diabetes y el síndrome metabólico.
Beneficios similares se obtienen a partir del ácido fitánico y linoleico unidos (CLA), son otros dos ácidos grasos en la grasa láctea. El primero ha demostrado reducir los niveles de triglicéridos, mejora la sensibilidad a la insulina y a la regulación del azúcar en la sangre, mientras que el último demostró reducir el riesgo de enfermedades del corazón, cáncer y diabetes.
Los productos lácteos grasos no son para todos, pero muchas personas se benefician de ellos
Mientras algunas personas todavía sostienen que los productos lácteos de animales son para los animales bebés y no están destinados al consumo humano; es importante recordar que el cuerpo de cada persona es diferente. Algunas personas, por ejemplo, requieren un impulso en la vitamina K2, se encuentra solo en grandes cantidades en productos lácteos grasos. La grasa láctea también es una excelente fuente de grasa saturada saludable cuando viene de animales orgánicos, alimentados con pasto tratados sensiblemente.
«Las materias grasas lácteas, también son una buena fuente de vitaminas solubles en grasa como el retinol (activa vitamina A) y vitamina K2, ellos son difíciles de obtenerlos en otras dietas», escribió el Dr. Kresser.