Leche: Cabra
Tipo: Pasta blanda, corteza enmohecida o cubierta de carbón
Materia Grasa: 45%
Maduración: De 10 días a 3 semanas
Aspereza: De suave a fuerte (dependiendo de la maduración)
Vino: Alphonse Mellor La Moussière Blanc (D.O. Sancerre)
País de origen: Francia
Región: Aquitania-Lemosín-Poitou-Charentes
Notas: Le Mellois es un encantador, pequeño, suave y artesanal queso de leche cruda de cabra que se fabrica en las granjas de los alrededores de Mellois, una población francesa, situada en la región de Poitou-Charentes, departamento de Deux-Sèvres, una zona de Francia conocida por sus mantequillas y quesos de cabra.
Este queso en concreto está hecho por Hélène Servant en la Fromagerie Des Gors ubicada en Melle. La Fromagerie des Gors se estableció en la década de 1980 y está firmemente arraigada en la tradición campesina de la región. La Fromagerie des Gors utiliza la leche de cabras que pastan en Exoudun y en Sepvretin en Deux-Sèvres.
Como todos los quesos de cabra se puede degustar en varios estadios de curación; cuando es joven, suave y fresco, a media curación, semiseco, comienza a desarrollar apuntes ligeramente ácidos y cuando está tan madurado que se vuelve seco, su sabor a nuez se agudiza, la mordedura se vuelve más compleja y picante.
Pero cualquiera que sea la etapa de maduración, usted se sorprenderá por las sutiles notas ácidas de este queso, que acentúan con una maduración más larga.
Le Mellois tiene forma cuadrada semejante a la de un ladrillo (pavé = pavimento, ladrillo), el queso pesa 160g. Cada lado mide 7 cm. y tiene una altura de 4 cm. Se comercializa en dos versiones, natural (blanco) o cubierto de ceniza.
Tiene una corteza enmohecida de color marfil salpicada de pequeñas manchas de color azul, en su interior la pasta blanca y brillante es suave y deliciosamente cremosa de textura fundente. Le seducirá con su ligero olor a queso fresco. En una palabra – delicioso. Y muy adictivo.
Es importante comer este queso a temperatura ambiente para degustar mejor su riqueza de sabores. Perfecto para untar sobre una rebanada de pan crujiente acompañada de un vaso de vino blanco como un Sancerre. En sopas y salsas aporta un sabor nuevo e interesante.