Leche: Vaca
Tipo: Pasta semi-blanda, corteza lavada
Materia Grasa: 40%
Maduración: De 4 a 6 semanas
Aspereza: Media a fuerte
Vino: Château Feytit-Guillot (D.O. Pomerol)
País de origen: Bélgica
Región: Valonia
Notas: Este queso lo elabora Francine y Etienne Frippiat-Sandron, una familia de granjeros en su quesería Ferme Fromagère de Chertin situada en Falaën una aldea que es parte del municipio de Onhaye en el corazón del valle del Molignée en Valonia, Bélgica.
Además del ganado de carne (limousin), el cultivo de trigo y colza, la transformación de la leche de vaca es su principal actividad: ¡ellos elaboran toda una variedad de quesos entre ellos!; el Molignard (semiduro): naturaleza, ortigas, ajo / hierbas y pimentón, Chertin (nuevo desde el año 2006) (pasta blanda, corteza florida), Buret (suero de leche), Queso fresco con las hierbas, y Mantequilla salada y sin sal y por supuesto este Falaën.
El Falaën que lleva el nombre de la población donde se elabora es un queso de leche pasteurizada de vaca, de pasta blanda y corteza lavada, que tiene una maduración óptima de 4 a 6 semanas. Durante este tiempo, el queso se gira y frota regularmente con lo que la corteza cambia de color de amarillo a naranja y finalmente rojo. Este proceso es muy importante, puesto que el continuo girar del queso favorece el desarrollo de la bacteria que forma la corteza.
Está corteza lavada, de color naranja-rojizo, algo pegajosa en la que se le distingue una rugosa acanaladura, envuelve una pasta de color marfil firme pero tierna. La pasta resulta blanda y aceitosa. Queso de sabor fuerte, salado y ligeramente ahumado, el perfume es fuerte persistente. Un primo del Herve pero mucho más dulce.
Es importante comer este queso a temperatura ambiente para degustar mejor su riqueza de sabores. Para disfrutar mejor de este queso lo ideal es comerlo solo simplemente emparejado con una barra de pan. Tanto su forma rectangular como el color rojo de la corteza le proporcionan un sorprendente contraste en una tabla de quesos. Es perfecto para preparar el plato tradicional tartiflette, donde el queso se corta alrededor de sus lados y se coloca en la parte superior de las patatas en rodajas y las cebollas y tocino salteado. Ideal emparejado con vinos tintos con carácter como el Cabernet Sauvignon o vinos espumosos secos.