De acuerdo a un estudio publicado por Annals of Internal Medicine, científicos estadounidenses descubrieron en los productos lácteos un compuesto llamado ácido transpalmitoleico, el mismo que reduciría en un 60 % el riesgo de padecer diabetes tipo 2 o mellitus, refirió Arnaldo Hurtado, médico nutriólogo de Laive.
Este hallazgo podría cambiar la forma en que los pacientes diabéticos cuidan su alimentación. «La recomendación a los diabéticos siempre fue disminuir el consumo de alimentos lácteos como la leche, yogurt, queso y mantequilla; sin embargo ahora esto cambia porque el ácido transpalmitoleico se encuentra justamente en ellos», explicó el especialista.
El estudio fue realizado por investigadores de la Escuela de Salud Pública de Harvard, en el que participaron 3.700 personas con un seguimiento de casi 20 años para evaluar factores de riesgo cardiovasculares, sobre todo en adultos mayores. Los resultados mostraron que los participantes que tenían una concentración mayor de ácido transpalmitoleico en la sangre, tenían niveles más altos de colesterol bueno o HDL e incluso niveles mayores de sensibilidad a la insulina, lo que resulta positivo para la función de la insulina.
«Lo más sorprendente de todo ocurrió durante la etapa de seguimiento, cuando los participantes con mayor concentración de ácido transpalmitoleico en la sangre, mostraron un riesgo mucho menor de desarrollar diabetes (60 % menor riesgo). Esta importante reducción convierte a los lácteos en un aliado en el combate de la diabetes», agregó el doctor Hurtado.
Según el especialista, las personas adultas deben consumir preferentemente lácteos bajos en grasa (parcial o totalmente descremados). Para quienes son intolerantes a la lactosa, existen opciones como el yogurt, el queso (que contienen menor cantidad de lactosa) o la leche 0 % lactosa. Los lácteos son alimentos formadores y la recomendación es consumir tres porciones al día.
Respecto a la diabetes, el nutriólogo enfatizó que se trata de una de las enfermedades más peligrosas y con una incidencia cada vez mayor. Se caracteriza por tener niveles altos de glucosa o azúcar en la sangre, afectando el buen funcionamiento del cuerpo y de muchos órganos. Inicia con un estadio conocido como resistencia a la insulina, en el cual la glucosa le presta resistencia a la acción de la insulina, haciendo que el hígado y las células musculares no respondan adecuadamente a la insulina fabricada por el páncreas; como resultado, la glucosa no entra en las células para ser utilizada como energía, acumulándose en la sangre.