El consumo de lácteos en la dieta

El consumo de lácteos en nuestros días es un tema de mucha controversia. En el pasado aprendimos que consumir 3 porciones de lácteos al día es una dosis fundamental para mantener nuestros huesos y dientes fuertes y sanos por considerarlos casi los únicos alimentos en la naturaleza que aportan la cantidad necesaria de Calcio y Fósforo.

Con el correr del tiempo se empezaron a estudiar otras opciones que puedan servir como sustitutos de los mismos ya que con los avances de la ciencia se pudo comprobar que muchas personas desde muy tempranas edades podrían presentar intolerancias a uno o más componentes de la leche de vaca, como es el caso de la lactosa y la caseína láctea.

Lactosa

La lactosa es un azúcar que está presente en todas las leches de los mamíferos: vaca, cabra, oveja y en la humana, y que también puede encontrarse en muchos alimentos preparados. Es el llamado azúcar de la leche, un disacárido natural compuesto de glucosa y galactosa. La misma es absorbida en el tracto digestivo humano por medio de la Lactasa que es una enzima producida en el intestino delgado, que juega un papel vital en el desdoblamiento de la lactosa (proceso necesario para su absorción por nuestro organismo) en sus dos componentes básicos: glucosa y galactosa. Si los niveles de lactasa son bajos o ésta no realiza bien su labor de desdoblamiento, aparecen dificultades para digerir la lactosa.

¿Qué es la intolerancia a la lactosa?

La intolerancia a la lactosa significa que no hay suficiente enzima (lactasa) en el intestino delgado para absorber toda la lactosa consumida. La lactosa digerida parcialmente o no digerida pasará al intestino grueso y es allí que es descompuesta por las bacterias del intestino grueso que provocan síntomas desagradables como: dolores, hinchazón abdominal, diarrea, etc. También es conocida como intolerancia a productos lácteos, deficiencia de disacáridos, deficiencia de lactasa, intolerancia a la leche.

Caseína

La caseína es el componente proteico de la leche, que comprende en definitiva la mayoría de las proteínas de la leche, al constituir aproximadamente un 80%, mientras que el 20% restante es suero.La caseína se trata de una sustancia de textura áspera y bastante espera, que aunque no es perjudicial para la salud, se utiliza incluso industrialmente en la fabricación de pegamentos de madera.

Intolerancia a la caseína de la leche

Cuando la leche se digiere los diferentes productos secundaros como consecuencia de la descomposición bacteriana de la caseína causan la aparición de un moco espeso, pegajoso y bastante denso que se pega a las membranas mucosas.

Este moco obtura el sistema respiratorio del organismo, de forma que no funciona con fluidez, lo que está relacionado con enfermedades como el asma, la rinitis y la sinusitis.

¿Y a qué es debida esa acumulación de mucosidades? Esta acumulación está causada por la carencia de mecanismos digestivos en el cuerpo, útiles para descomponer la caseína correctamente.

Muchas personas sospechan de que presentan intolerancias alimentarias simplemente porque sienten síntomas incómodos luego de consumir lácteos: pesadez, indigestión, flatulencia, hinchazón abdominal, etc. Otras personas pueden presentar estas intolerancias sin sospechar que las causas podrían estar relacionadas con el consumo de lácteos.

La forma correcta de confirmar si una persona presenta o no intolerancia a los lácteos es a través de pruebas en sangre u otras que lo descarten.