POR QUÉ DEJAR DE TOMAR LECHE

Consumo de productos lácteos

A pesar de que muchos expertos en nutrición han demostrado que la leche de vaca es básicamente indigerible para la mayoría de seres humanos, tradicionalmente, los pueblos de todo el norte de Europa, la India y partes de África descubrieron que hirviendo o fermentando la leche obtenían alimentos tan apetitosos como el yogur y el queso y decidieron incorporarlos a su dieta. Durante siglos, los productos lácteos se sirvieron en pequeñas cantidades como una adición a una dieta basada en cereales y vegetales, pero en los últimos siglos hemos llevado este caso al extremo y hemos convertido la leche, el queso, la mantequilla, los yogures, los helados, etc. en una gran parte de nuestra dieta básica.

De hecho, gran parte de la sociedad actual sigue creyendo que los productos lácteos derivados de la leche de vaca no solo son necesarios para la salud sino también esenciales por su elevado contenido en calcio y por las múltiples propiedades de la leche. Sin embargo, nutricionistas y expertos han demostrado que el gran consumo de lácteos es perjudicial para nuestra salud y que el calcio se puede obtener de otros alimentos como las legumbres o las algas. Incluso la universidad de Harvard ya ha eliminado los lácteos de su pirámide alimenticia recomendada.

intolerancia a la lactosa

Los efectos de los lácteos en la salud

Según muchos especialistas en alergias, nutricionistas, médicos y expertos en terapias naturales, es posible que hayamos llegado demasiado lejos. El consumo de grandes cantidades de productos lácteos ha tenido muchos efectos negativos en nuestra salud:

1. Los trastornos digestivos y dolores de estómago se reducen cuando se disminuye el consumo de lácteos. Esto se debe a que la caseína, la principal proteína de la leche, forma grumos pegajosos indigeribles en el estómago, que luego recubren las paredes intestinales.

2. Síntomas premenstruales tales como hinchazón, dolores de cabeza, irritabilidad, confusión y calambres, a menudo mejoran significativamente con una dieta libre de lácteos.

3. Las alergias de todo tipo a menudo se ven reducidas en las personas que no toman lácteos: sinusitis crónica, alergias alimentarias, alergias ambientales, etc. Esto puede ser debido a que los productos derivados de la leche crean grandes cantidades de moco, lo que ralentiza la función del sistema respiratorio y produce letargo y fatiga.

4. Expertos como el Dr. William Crook han demostrado que los niños hiperactivos o crónicamente fatigados son muy a menudo intolerantes a la leche.

5. Según estudios científicos contrastados, la incidencia de cáncer de mama es mucho más elevada en los países que consumen una gran cantidad de alimentos lácteos. El alto contenido de grasa en productos lácteos puede causar cambios hormonales (alentando el crecimiento excesivo de bacterias productoras de estrógenos en el intestino) que están relacionados no sólo con el cáncer de mama sino tamién con la menstruación precoz y la menopausia tardía.

Cómo reducir el consumo de lácteos

Es recomendable probar con una o dos semanas sin consumir productos lácteos para descubrir si la leche es un factor relevante en sus problemas de salud. Normalmente, al iniciar una dieta sin leche se experimenta un aumento de energía y una mayor claridad mental, además de contribuir a perder peso. Al principio puede producirse una mayor secreción de mocos, pero esto es debido a que nuestro cuerpo necesita deshacerse de la mucosidad acumulada provocada por el consumo de lácteos.

Si no quiere eliminar los lácteos de su dieta de forma radical, trate primero de empezar por los productos lácteos comerciales, especialmente la leche de vaca entera, y procure tomar cantidades más pequeñas de productos lácteos naturales con bajo contenido en grasa, ya que es menos probable que contengan antibióticos nocivos y penicilina utilizados habitualmente por las grandes industrias de lácteos.

Dieta equilibrada sin lácteos

El consumo de leche de vaca puede sustituirse por el consumo de leches vegetales como la leche de avena, la leche de almendras o la leche de arroz. Además podemos utilizar algunos productos derivados de la soja como el tofu o la nata vegetal para cocinar.

Para aumentar las fuentes de calcio en nuestro organismo sin recurrir a los lácteos, recomendamos comer por lo menos una porción al día de verduras de hojas verdes (coles, berros, hojas de nabo, perejil»¦), aumentar el consumo de legumbres e incluir las algas marinas en nuestra alimentación.

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