El desayuno es la principal comida del día y aquella fundamental para no saltar si queremos adelgazar, ya que determina el apetito con que llegamos a la comida siguiente. Pero además, los ingredientes que componen el mismo son un factor determinante al momento de perder peso.
Una investigación pequeña ha determinado que beber leche desnatada en el desayuno ayuda a incrementar la sensación de saciedad del cuerpo, lo cual reduce hasta en un 9% la ingesta de alimentos durante la comida.
Durante el estudio se comparó el efecto sobre la saciedad de la ingesta de 500 ml de leche desnatada y la misma cantidad de zumo de frutas, ambas bebidas con un contenido calórico de 250 Kcal.
Cuatro horas después de su ingesta se solicitó a los participantes que comieran hasta sentirse satisfechos y se detectó que aquellos que bebieron leche se sintieron llenos y satisfechos antes que los bebedores de zumo.
Si bien la cantidad de leche ingerida es elevada y el estudio fue muy pequeño, el hallazgo sirve para confirmar las virtudes de la leche al momento de calmar el apetito y mantenernos saciados por un largo tiempo, ya que sus proteínas, la lactosa y su sabor y espesor juegan un papel importante en la sensación de saciedad, algo fundamental a tener en cuenta si queremos adelgazar sin hambre.
Consumiendo leche desnatada en el desayuno se puede reducir la ingesta diaria de alimentos y lo que es más importante aún, podemos llevar adelante nuestro plan de pérdida de peso sin pasar hambre ni sufrir deseos constantes de comer. Incluso, beber leche mejora el humor y disminuye la ansiedad al contener triptófano precursor de serotonina: la hormona de la felicidad.