La neocelandesa láctea Fonterra impulsó una investigación junto a la University of Applied Sciences y la University Medical Center, en un hospital y un centro de rehabilitación de ancianos en Holanda, demostrando que ellos precisan hacer cambios significativos en la ingesta diaria de proteínas y pueden contar con alimentos enriquecidos.
El uso de proteínas enriquecidas en la industria láctea no es nuevo y contribuyen a una mejor distribución de las proteínas durante el día en los ancianos.
Los participantes, muchos de esos subnutridos o en riesgo de desnutrición, consumieron una dieta normal y yogur de Fonterra enriquecido con proteínas lácteas. El portavoz de Fonterra, Lesley Stevenson, dijo que se descubrió que los ancianos pueden seguir su consumo recomendado de proteínas sin tener que recurrir al consumo de suplementos.
«Los productos que usamos y un yogur bebible es un alimento de todos», aclaró el jerarca de la cooperativa neocelandesa. Stevenson espera que la investigación, financiada por el gobierno holandés, ayude a los ancianos a evitar el temido ciclo de fragilidad. «El ciclo de fragilidad se da en las personas cuando reducen su actividad física. Su apetito se suprime y su salud comienza a sufrir como resultado de no consumir suficientes nutrientes», agregó el ejecutivo.
Facilitar el acceso a productos que son específicamente suplementos nutricionales orales, que tienen buen sabor y que «permita que las personas sientan placer por consumirlos, me parece que es una oportunidad real», dijo Stevenson. El descubrimiento podría ser aprovechado por Fonterra para desarrollar nuevos productos con alto tenor de proteínas y específicamente para ancianos.