Hay una creciente tendencia a reducir el consumo de leche de vaca y explorar sustitutos
La leche de vaca sin lactosa también es una opción para los intolerantes a la lactosa. Tanto el sabor como el contenido nutricional son muy parecidos a la leche de vaca normal. (Archivo)
Hubo un tiempo en que el mayor dilema cuando uno iba a comprar leche era: ¿entera, descremada o semi?
Después el tema se complicó un poco más con la llegada de la leche de soja o soya. Pero ahora la oferta de alternativas a la tradicional leche de vaca en los grandes supermercados alcanzó un nivel de sofisticación sin precedentes.
Detrás de esa variedad hay una creciente tendencia a reducir el consumo de leche de vaca y explorar sustitutos.
Algunos la encuentrar difícil de digerir y la culpan de molestias como la hinchazón, los gases o la diarrea. Otros creen que tienen intolerancia a su proteína o directamente alergia a los productos lácteos.
¿Pero, cómo escoger entre las leches de vaca, soya, cabra, almendra, avena, arroz y coco? Eso por nombrar 6 de las alternativas más comunes.
Si te desconcierta tanta variedad aquí te presentamos una simple guía para ayudarte a decidir cuál te conviene más, con la ayuda de la terapeuta nutricional Kerry Torrens.
1. Leche de cabra
Es un producto natural, nutricionalmente similar a la leche de vaca.
Es una alternativa útil para la gente que no tolera bien la leche de vaca, ya que tiene partículas grasas más pequeñas y contiene menos lactosa.
Funciona bien tanto con el té como con el café y el chocolate, pero tiene un sabor fuerte y distintivo, algo dulce y a veces con un trasfondo salado.
2. Leche de soya
La leche de soya es comparable en el contenido de proteínas a la leche de vaca, pero su contenido calórico es menor, por eso es una buena opción para quienes hacen dieta.
Algunas marcas la comercializan fortificada con calcio y con vitaminas A y D.
Tiene un sabor a fruto seco y se mezcla bien con el té y el café.
3. Leche de almendra
La leche de almendra empezó a ponerse de moda en Estados Unidos el año pasado y las ventas también están en auge en Reino Unido.
Además de ser una alternativa para los intolerantes a la lactosa, algunos doctores se la recomiendan a quienes padecen acné porque no contiene las hormonas que hay en la leche de vaca y de soya.
Además, algunos nutricionistas dicen que tiene menos grasa, hidratos de carbono y calorías que la leche de soja, pero más calcio.
Por eso puede ser una buena alternativa para quienes hacen dieta -también tiene menos calorías que la leche de vaca descremada-, y además no tiene colesterol.
Sin embargo, aunque las almendras tienen un alto contenido en proteínas, la leche de almendras no. Quizás porque en algunas marcas el contenido de almendras puede ser muy bajo, de apenas un 2%.
Algunas marcas la comercializan fortificada con calcio y vitaminas, incluida la D y B12.
Está particularmente recomendada para los veganos y cualquiera que quiera evitar los productos de origen animal.
4. Leche de avena
Este sustituto de la leche de vaca está normalmente enriquecido con vitaminas y calcio y además tiene un contenido muy bajo en grasas saturadas.
Por otro lado, aporta todos los beneficios nutritivos de la avena, un cereal integral que tiene fibra, minerales, ayuda a reducir el colesterol malo y a mantener a raya la hipertensión.
Tiene un contenido calórico menor que la leche de vaca, así que puede ser una buena alternativa en dietas.
Su sabor tiene un final ligeramente granulado.
5. Leche de arroz
La leche de arroz suele ser dulce, tener un bajo contenido en proteínas y estar fortificada con calcio.
Es una buena alternativa para quienes no pueden tolerar los lácteos o la soja.
Tiene un color neutro que no le da a las bebidas calientes como el café, el té o el chocolate el clásico color blanco de la leche tradicional.
Tiene una consistencia fina, de manera que si se utiliza para hacer salsas hay que aumentar su espesor con harina.
6. Leche de coco
Se hace a partir de coco prensado y está fortificada con calcio.
Este sustituto de la leche de vaca tiene un contenido bajo en proteínas. Además, presenta un nivel de grasa saturada más alto que otras alternativas de origen vegetal, como la leche de arroz, avena o soya.
Es una buena opción en dietas vegetarianas y es muy buena para la pastelería, ya que su ligero sabor a coco no es dominante.