Cumbre de Trujillo

Leche: Oveja

Tipo: Pasta dura, corteza natural

Materia Grasa: 45%

Maduración: Mínimo 60 días

Aspereza: Suave

Vino: Huno 2007 o Palacio Quemado, ambos (D.O. Ribera del Guadiana)

País de origen: España

Región: Extremadura

Notas: Este queso se elabora en la Quesería Finca Pascualete, que se encuentra en Trujillo, provincia de Cáceres.

Finca Pascualete es una empresa de carácter familiar cuyos orígenes se remontan a los primeros años del siglo XIII.

Maribel Gómez Santos, maestra quesera, explica que aunque la fábrica se encuentra en el polígono industrial La Dehesilla de Trujillo, la leche procede de una ganadería propia que pasta en la Finca Pascualete de Santa Marta de Magasca. A pesar de ser un queso de oveja de pasta dura ofrece una gran cremosidad en el paladar. «Es un queso pasteurizado suave, pero con mucho sabor. Tiene un retrogusto completamente diferente a los demás pasteurizados», indica Maribel Gómez.

Una provocación para los sentidos es este queso de oveja elaborado a partir de leche pasteurizada, según la receta heredada por siglos de los más sabios pastores de la zona.

Su aspecto, de color blanco marfil y pequeños ojos irregulares salpicando una textura cremosa pero consistente, anticipa a los sentidos el placer de su degustación.

De gran riqueza aromática, presenta recuerdos a leche fresca, cuajada y mantequilla, sutiles aromas a frutos secos y vainilla, toffe y especias picantes. El tacto en boca es suave, con una impresión cálida, untuosa y muy agradable, y un sabor franco, pero equilibradamente, con recuerdos a cuajada de leche de oveja bien evolucionada y matices picantes y especiados al final.

En definitiva, el Cumbre de Trujillo es un queso único y rico en sabores. Merecedor en 2010 del Primer Premio en la Feria de Trujillo.

La empresa elabora otros quesos como el Pascualino un queso joven y fresco de pasta dura, el Monte de Trujillo un queso rústico, diferente al resto de quesos de leche cruda de oveja, el Pastura cuya elaboración está inspirada en una receta tradicional de la Toscana italiana y una Torta de leche cruda de oveja prensado a mano y elaborado con mimo artesano a la manea tradicional.

La mejor manera de apreciar su naturaleza es comerlo solo, acompañado de frutas frescas y pan. En cocina, derretido sobre patatas asadas. Los más maduros pueden usarse para rallar y dar sabor a las sopas o los platos de pasta. Para realzar la degustación, lo ideal es maridarlo con un vino de proximidad como uno de Denominación de Origen Ribera del Guadiana.