Leche: Vaca
Tipo: Pasta semi dura, corteza natural rústica
Materia Grasa: 45%
Maduración: Mínimo 3 meses
Aspereza: Suave a media
Vino: Cotes du Rhone, Syrah de California o Garnacha y Tempranillo
País de origen: Estados Unido
Región: Nueva York
Notas: El Ouray lo elabora, Sprout Creek Farm en Poughkeepsie, Nueva York, Esta granja además de la fabricación de quesos, se dedica a la educación. La finca tiene como misión conectar a las personas física y espiritualmente a la tierra con la esperanza de hacerlos conscientes de su papel y su rango en el mundo viviente. Con este tipo de educación, Sprout Creek cree que la gente se hará más consciente de los problemas del medio ambiente y así podrá tomar decisiones informadas, las cuales sólo pueden mejorar el estado del mundo que les rodea.
Por lo que podemos afirmar que el Ouray es un queso con una misión. El producto de las ventas de los quesos de la granja se destinan como fondo para el programa educativo. Creada en la década de 1980 como una manera de reforzar la educación de los niños y jóvenes de la escuela secundaria acerca de la vida agrícola y participar en las cuestiones ambientales, la granja ahora alberga más de 5000 visitantes todos los años, tales como Boy Scouts y grupos de alumnos de grados superiores.
Elaborado a partir de la leche cruda de un rebaño de sólo 20 a 30 vacas, el Ouray precisa de una maduración de al menos tres meses antes de ponerlo a la venta. Durante el período de envejecimiento, el queso desarrolla una gruesa y rústica corteza de polvo blanco con un montón de moho. El interior varia del color amarillo de la mantequilla a la profundidad del color del oro, estas diferencias son un reflejo de la variación de dieta de las vaca. Habida cuenta de los rigores del clima del Valle de Hudson, las vacas se encuentran en los pastos sólo de finales de abril a mediados de noviembre, por lo que los quesos que se encuentran en el mercado fuera de esas fechas, probablemente están hechos de la leche de vacas que comen el heno en el establo. De todas formas siguen siendo deliciosos.
La textura desmenuzable me recuerda un poco a la del queso Cheddar joven, que es entre húmedo y seco. El queso se rompe limpiamente y desprende unos agradables olores de la tierra y de mantequilla o crema agria. El sabor es suave y cremoso como el de una tarta, pero con un fuerte y picante final.