Colombia necesita más consumo de lácteos.

De acuerdo con este organismo internacional, la injerencia debe ser de aproximadamente 170 litros, cifra alcanzada por pocos países de la región y el Caribe.

Los lácteos son una fuente importante de energía alimentaria, proteínas y grasas. Uno de los beneficios más reconocidos es el gran aporte de calcio: un vaso de leche de 250 ml aporta 300 mg. Un mineral que tiende a perderse rápidamente durante la etapa de envejecimiento, por lo que su consumo en las etapas de niñez, adolescencia y adultez es clave.

Según la FAO, los productos lácteos tienen un enorme potencial para mejorar la nutrición de las personas y en especial de aquellas que están en condiciones de pobreza. Este organismo asegura que los gobiernos deberían invertir más en programas para hacer que la leche y los productos lácteos estén disponibles para las familias de escasos recursos, para así, además de mejorar su nutrición, puedan tener nuevos medios de subsistencia.

Para fomentar el consumo de leche, diferentes organizaciones del país han adelantado campañas. Las empresas colombianas del sector lácteo trabajan permanentemente para innovar en el desarrollo de productos nuevos que permitan ampliar la base de consumo y masificarlos para beneficio de los consumidores, de los proveedores (ganaderos colombianos) y las empresas.

Los esfuerzos que realizan diferentes organizaciones del sector y de la industria deben estar en el marco del trabajo conjunto de todos los actores para asegurar el desarrollo de un sector más competitivo que responda a esas necesidades y retos del mercado y a las tendencias mundiales de alimentación, donde los derivados lácteos ocupan un lugar relevante para la nutrición y pueden contribuir a mejorar la cifra de 42% de colombianos que se alimentan mal o no tienen con qué comerse una de las tres comidas diarias.