Por la noche, cuando todo esta en silencio, despues de cenar. Ese ratito intimo y especial: colar el kefir y disfrutar de su sabor acido, ligeramente agrio y con el picante del carbonico.
Por fin consegui kefir, y llevo unos dias disfrutandolo como no imaginaba. Momentos de felicidad lactea. El kefir me esta devolviendo el sabor de los yogures que tengo en la cabeza y el recuerdo: a lo que nigun yogur sabe ya. Yo creo que, con el tiempo, los fabricantes se han dado cuenta de que en España gusta un yogur poco acido, muy suave, asi que lo han ido suavizando (ignoro si escogiendo fermentos menos acidos), ademas ahora cuesta encontrar yogures que no lleven añadida leche en polvo, imagino que para mejorar la textura y cremosidad*.
Tengo el kefir en un punto exquisito, es capaz de hacer que una leche vulgaris UHT sepa a leche-leche, recobre un sabor natural y telurico. Bueno, ya me he pasado. En breve tendre mas kefir del que necesito para mi vasito nocturno, asi que podre compartirlo.
El otro dia tambien me regalaron kombucha, que aun estoy investigando. Entre esto, las masas madre de la nevera, el chucrut que madura y yo mismo, la casa parece un pequeño zoologico. Ayer florecio el almendro del patio.
*No descarto usar mi camara de fermentacion reptiliana para hacer yogur un dia de estos que encuentre un fermento que merezca la pena.