GALARDÓN. Por esta investigación, Laura Conde obtuvo el Premio Hidalgo de Ciencia, Tecnología e Innovación 2015. (Foto: Especial)
Para dar aprovechamiento al lactosuero que se desecha en el proceso de fabricación de queso de forma artesanal, Laura Conde Báez desarrolló un proceso para obtener un producto de uso en industrias como la alimenticia, farmacéutica y cosmetológica; además, con su proyecto obtuvo el Doctorado en Ciencias ambientales por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).
La investigación Valorización de lactosuero para la producción sustentable de 2-feniletanol ha dado pie a una patente y una más está en proceso. Asimismo, cuenta ya con la metodología desarrollada para realizar su transferencia tecnológica y producirlo a escala industrial.
«El 2-feniletanol es un compuesto de alto valor, ya que se utiliza en diversos productos: como aditivo alimentario, en la industria farmacéutica, en productos de limpieza. Logramos darle un aroma a rosas, pero también podría obtenerse un aroma a plátano (acetato de isoamilo) u otros».
A decir de la investigadora, 60 por ciento del lactosuero que se desprende de la producción de quesos en el Valle de Tulancingo, en Hidalgo, se vierte al ambiente sin tratamiento, causando problemas al suelo y al agua, por lo cual se abocó a su estudio para darle un mejor aprovechamiento.
El lactosuero es el líquido residual que queda después de hacer el queso, es lechoso, color blanco amarillento, rico en lactosa, proteínas y grasa; aproximadamente 50 por ciento de los nutrientes de la leche se localiza en este fluido, por lo que 40 por ciento de lo generado se destina a consumo de animal.
Daño
La doctora Conde Báez explicó que justamente el contenido de nutrientes como la proteína afecta al ambiente. Por ejemplo: al verterse en el suelo se genera una capa que impide que haya una distribución de los nutrientes en éste, haciéndolo menos productivo. En el agua, el exceso provoca disminución de oxígeno disuelto, por lo que perjudica a las especies que ahí habiten.
«Debido a que el lactosuero afecta campos y cañerías, trabajamos en un proceso utilizando microorganismos que hidrolizaron la lactosa del suero, y siguiendo una ruta metabólica se logró obtener el aroma a rosas».
Conde Báez, quien estudió Ingeniería Ambiental en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), detalló que la investigación llevó cuatro años, y en ésta participó un equipo científico del Instituto Tecnológico de Durango (ITD), con el que se logró estandarizar el método de obtención de 2-feniletanol a partir de cualquier tipo de lactosuero.
En el proceso se emplearon como técnicas analíticas la cromatografía de gases y la resonancia magnética nuclear, mismas que no habían sido empleadas para este fin con anterioridad, lo cual ha hecho que la investigación adquiera mayor valor entre la comunidad científica.
«Un logro muy importante del proyecto es que pudimos reducir el contenido de lactosa en el suero, la parte más contaminante y que se encuentra en 60 gramos por cada litro; conseguimos reducir el contenido de lactosa a 0.2 gramos por litro.
«Lo que nos ocupará es determinar el contenido de los minerales presentes en el lactosuero después del tratamiento (reducción del contenido de lactosa) e indicar si es suficiente para realizar su vertido al medio ambiente».
El trabajo científico obtuvo el Premio Hidalgo de Ciencia, Tecnología e Innovación 2015, y en el mismo participaron los investigadores Javier Castro Rosas, Roberto Villagómez Ibarra y Carlos Gómez Aldapa de la UAEH, así como José B. Paéz Lerma, del Tecnológico de Durango.