El kéfir de agua es una bebida milenaria que se produce a partir de una fermentación de probióticos y que fue utilizada durante siglos para curar enfermedades y prevenir el envejecimiento. Cuando está bien preparada es tan deliciosa que se la suele llamar «champán del Cáucaso», porque es dorada y levemente efervescente.
El kéfir es un probiótico, es decir, es un alimento con microorganismos vivos que permanecen activos en el intestino, y tiene propiedades curativas. Hay tres tipos de kéfir: el de leche, el de agua y el de té. En algunas regiones el kéfir lácteo es más conocido, pero el de agua es una excelente opción, muy saludable y que se puede preparar en casa.
Este superalimento se utiliza tradicionalmente para purificar la sangre, la bilis, el hígado y los riñones, y además actúa contra la diarrea o el estreñimiento. Si te interesa, puedes probar también 12 alimentos energéticos que te aportarán una dosis extra de vitalidad para tu día.
Consumir kéfir regularmente ayuda a que la función intestinal esté en óptimas condiciones, y además fortalece las defensas frente a infecciones tanto víricas como bacterianas, y estimula el sistema inmunitario, gracias a la acción de una sustancia llamada sphingomyelin.
También reduce los niveles de colesterol y el riesgo de padecer cáncer de colón. Además, se puede usa el kéfir en el tratamiento de afecciones externas, porque es un poderoso antiséptico que ayuda a curar heridas.
Beneficios del kéfir
– Tiene efecto digestivo y diurético
– Regula el estreñimiento
– Ayuda a controlar el peso
– Regenera la flora intestinal
– Refuerza el sistema inmutitario
– Ayuda a solucionar afecciones de la piel
– Elimina toxinas
– Mejora la salud en los pacientes de enfermedades autoinmunes
– Reduce el colesterol
– Ayuda en digestiones lentas
– Es protector estomacal
– Depura el intestino.
¿Cómo elaborarlo en casa?
El kéfir se produce a través de una fermentación natural que produce dióxido de carbono. Es necesario tener «nódulos madre», granos de kéfir vivos que pueden alimentarse para que produzcan más cantidad.
Es necesario utilizar azúcar en la preparación de kéfir, no para endulzar la bebida, sino para «alimentar» el kéfir que va a transformar el azúcar. Sin embargo, el azúcar desaparece durante el proceso de fermentación. Por esta razón, algunos nutricionistas lo permiten en dietas sin azúcar.
Ingredientes
(para una jarra de un litro y medio)
– 3 cucharadas soperas de azúcar (preferentemente morena, o miel)
– 50 gramos de granos de kéfir de frutas
-1 ½ l de agua (preferentemente de manantial)
– 2 a 4 higos secos o dátiles
– 2 rodajas de limón o naranja
Se puede agregar frutos rojos, si se lo desea.
Preparación
1. Poner en el recipiente todos los ingredientes, colocando por último el agua.
2. Cubrir con una gasa o un paño y dejar a temperatura ambiente, protegido de la luz.
3. Cuando los higos suben a la superficie ( en unas 24 horas), la bebida está lista.
4. Filtrar todo con un colador fino sin metal y tirar los higos y el limón.
5. Recupera los granos de kéfir, enjuágalos y colócalos en un recipiente para iniciar un nuevo ciclo. Guarda el líquido en una botella de vidrio a temperatura ambiente (mayor en lo posible a 20 grados) por aproximadamente dos días, para que siga fermentando. A las 48 horas guardar en la nevera para detener la fermentación, y empezar a consumir. Se puede guardar por varios días, pero con el tiempo se vuelve ácido, por eso lo ideal es hacer la cantidad que se va a consumir durante el día.
Recomendaciones para la preparación
– Utiliza únicamente utensilios de vidrio o de plástico, no de metal
– Utiliza agua pura o filtrada y frutas orgánicas
– Mantén sus granos de kéfir en la nevera, con azúcar y en un tarro de cristal. Si tienes demasiados, ya que crecen muy rápidamente, lo recomendable es regalarlos. También puedes secarlos al sol para volver a utilizarlos en otro momento.