La leche, la osteoporosis y otras enfermedadesLa osteoporosis es una descalificación de los huesos, es una enfermedad que abarca el equilibrio del calcio y no solo su deficiencia.
Se aconseja a las personas que tienen osteoporosis aumentar el consumo de calcio en su dieta, ya sea tomando leche y sus derivados, o tomando suplementos que aumenten el almacenaje de calcio en los huesos.
A pesar de que la leche aporta calcio, el cuerpo no puede absorberlo todo, pero ella no es la causante de la osteoporosis ni mucho menos.
La leche y sus derivados son proteínas animales que bajan el pH, el nivel de acidez y para luchar contra esto, el cuerpo utiliza el calcio de los huesos, debilitándolos.
El calcio para ser absorbido y utilizado por el cuerpo tiene que ser «biodisponible» y esto no pasa con los lácteos.
Otros responsables dietéticos son el consumo excesivo de Sodio y de cafeína. Si bien los productos lácteos son una fuente de calcio, su consumo no corrige la aparición ni el desarrollo de la osteoporosis.
Lo mejor es prevenir el problema cuidándonos para que esto no pase.
El calcio se encuentra de forma biodisponible en las verduras, principalmente las de hojas verdes como brócoli, berzas, nabo, hojas de mostaza, col, repollo, tofú cuajado con calcio, bebidas de arroz o soja enriquecidas, zumo de naranja, higos.
Tenemos que someter los huesos a un cierto estrés, según la ley de Wolf, un hueso cuando está sujeto a un estrés repetitivo el cuerpo deposita calcio en la zona para fortalecerla. Esto es realizar una actividad física, controlada y con asiduidad.
Los vegetarianos deben asegurarse de consumir vitamina D, la cual participa en la absorción de calcio. La contienen, las leches de soja y de arroz, así como algunos cereales de desayuno y la exposición de la cara y las manos al sol entre 10 y 15 minutos semanales.
La galactosa, un azúcar resultante al descomponer la lactosa de la leche, ha sido asociada con el cáncer de ovario. Los alimentos con mayor contenido de lactosa son el yogurt, la leche descremada, los helados y el queso fresco.
Las tasas de cáncer de mama han sido relacionadas con la toma de productos lácteos según diversos estudios. La leche es rica en IGF»“1, un componente de crecimiento que causa un aumento de células cancerosas. Hay granjas lecheras que usan la hormona de crecimiento bovino, la cual aumenta la concentración de IGF»“1 en la leche, para aumentar su producción.
Los niños alimentados con leche de vaca, pueden tener pérdidas de sangre en el intestino, causándoles anemia. Los nutricionistas aconsejan a las personas anémicas no consumir leche con los alimentos ricos en hierro ya que el calcio puede reducir considerablemente la absorción de hierro.
Los bebés genéticamente predispuestos que consumen leche de vaca aumentan el riesgo de contraer diabetes juvenil en su niñez. Una proteína que se encuentra en los productos lácteos, podría desatar una reacción inmune que destruye las células productoras de insulina del páncreas.
Algunos bebés sensibles a las proteínas de la leche de vaca tienen cólicos.
La leche es un alérgeno común, ciertos problemas respiratorios, enfermedades de la piel, ulceraciones dolorosas, u otros problemas de salud pueden ser provocados por el consumo de productos lácteos.
Muchos de los productos lácteos contienen grasas saturadas, lo cual está relacionado con enfermedades del corazón.