El consumo de ciertos quesos ha sido desalentado por nutricionistas y médicos para las personas con el problema del colesterol malo elevado. Ahora, un consenso publicado por la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética reivindica el consumo de los quesos y de otros productos lácteos, ya que afectaría muy poco al nivel de colesterol.
En el consenso (que se puede leer en www.fesnad.org), los expertos afirman: «Existen evidencias consistentes de que sustituir los ácidos grasos saturados por ácidos grasos monoinsaturados, y sobre todo, por ácidos grasos poliinsaturados, reduce el riesgo de enfermedad cardíaca coronaria. Sin embargo, un concepto que se ha asentado en estos años es transgresor de normas que se creían firmemente establecidas: la ingesta de ácidos grasos saturados no parece ser perjudicial para la salud cardiovascular. ¿Significa esto que los nutricionistas pueden ahora permitir el consumo sin límites de todos los alimentos ricos en ácidos grasos saturados? No necesariamente, pero sí de algunos hasta hace poco considerados nocivos, tales algunos lácteos fermentados ricos en grasa, como el queso, o las carnes rojas magras».
Además, el consenso que se hizo después de hacer un análisis de diferentes estudios publicados señala: «La grasa láctea se ha considerada tradicionalmente perjudicial, por lo que las guías nutricionales para la salud generalmente recomendaban lácteos bajos en grasa. Sin embargo, el consumo de leche o productos lácteos afecta poco la colesterolemia, ayuda a reducir la presión arterial y no aumenta y puede incluso reducir ligeramente el riesgo de enfermedades cardiovasculares, independientemente de su contenido en grasa. Dado que, para muchas poblaciones, los lácteos son un alimento que contribuye a una mejor calidad nutricional de la dieta, empieza a haber razones de peso para promover su consumo, especialmente el de productos fermentados como el yogur y el queso». Consultada por Clarín, Paola Harwicz, directora de Nutrición en la Red y miembro de la Sociedad Argentina de Cardiología, resaltó que el consenso se basa en 2 meta-análisis que indican que no hay evidencia clara que asocie quesos y yogures con el aumento de riesgo de enfermedad cardiovascular. «Probablemente, quesos y yogures tengan efecto protector que estaría dado por el tipo de ácidos grasos y otros nutrientes, como vitamina D». Subrayó que además de quesos y yogures, es importante consumir verduras, frutas, cereales integrales, legumbres y semillas; aceite de oliva, girasol y maíz, aceituna, palta, pescado, mariscos, frutos secos, semillas de chía, y carnes magras.