Consumir habitualmente lácteos ayuda a controlar los niveles de colesterol en sangre, disminuir la hipertensión y fortalecer los huesos en todas las etapas de la vida y, especialmente, durante la infancia, el embarazo y la menopausia.
Los lácteos constituyen un grupo fundamental para lograr una adecuada salud en todas las edades y, sobre todo, en la infancia. Y es que, consumir leche y productos lácteos, ayuda a fortalecer los huesos, aporta energía y aumenta la masa muscular.
Por otra parte, el 99% de los niños afirman que les gusta consumir leche y lácteos y tanto las madres como los niños conocen algunos de sus beneficios. Además, el 47% de los niños dice que la leche es buena para fortalecer sus huesos y el 22% para estar mejor alimentado, el mismo porcentaje que aquellos que creen que ayuda a crecer más. Sus madres también tienen claras sus propiedades y, de hecho, casi la mitad de ellas (49%) considera que los lácteos favorecen el desarrollo y crecimiento general de sus hijos.
Respecto a los beneficios que aporta en los adolescentes; las proteínas de la leche pueden contribuir a la regulación del peso corporal y explica que un aporte óptimo de calcio es fundamental para adquirir una masa ósea adecuada y reducir el riesgo de osteoporosis en su etapa adulta. Los deportistas también deben consumir lácteos, ya que además de favorecer la rehidratación, poseen proteínas que contribuyen a aumentar y conservar la masa muscular.
En el caso de las mujeres, la ingesta debe cuidarse especialmente en períodos como el embarazo, la lactancia o la menopausia, ya que el cuerpo incrementa su necesidad de calcio. En referencia a los mayores, la ingesta de calcio y vitamina D, ambos presentes en los lácteos, se relaciona con un menor riesgo de padecer hipertensión.
La leche es uno de los alimentos más nutritivos que existen, ayuda a mejorar la salud de cada individuo; debido a lo anterior, principalmente es consumido por infantes y personas de tercera edad.