El Instituto Antártico Chileno (INACH), de la mano del investigador Jose Luis Palacios de la Universidad de Santiago, presentó una iniciativa relacionada con la producción de leche sin lactosa, de mejor calidad y con menor consumo de energía, usando bacterias antárticas.
Normalmente se recurre a microorganismos que requieren ciertos rangos de temperatura (entre 30 y 37 ºC ) para producir la enzima (lactasa) que actúa sobre la lactosa. La ventaja de las bacterias antárticas es que pueden hacer lo mismo a bajas temperaturas o a temperatura ambiente ( 15 a 20 ºC ).
De esta manera, el INACH está ofreciendo, en alianza con otras universidades, no necesariamente la aplicación de estos microorganismos a distintos procesos productivos, sino la modificación de proteínas que producen estas bacterias y que ese producto sintético pueda ser aplicado por otros.
Biotecnología antártica
El Programa Nacional de Ciencia Antártica (PROCIEN) tiene desde hace tres años una línea de proyectos asociados a la explotación de biorrecursos antárticos. «Ya superamos la etapa de sólo generar conocimiento; ahora a ese conocimiento le estamos dando una utilización «“agrega Marcelo González»“, por eso presentamos estos proyectos».
«Los laboratorios en las bases de Chile en la Antártida, nos permiten ampliar las facilidades para que puedan realizarse proyectos de este tipo; estamos ofreciendo mejores instalaciones incluso en lugares más alejados de la península Antártica , como la base Gabriel González Videla (en bahía Paraíso, 64 º 49″ S, 62 º 51» O) o la base Tte. Carvajal, más allá del Círculo Polar Antártico», explica González.