La leche y los derivados lácteos son unos de los alimentos con más valor nutritivo y sin embargo, en los últimos tiempos, hay una cienta controversia sobre su consumo pero …. ¿es realmente cierto que la leche y derivados lácteos sean perjudiciales para la salud ? ¿debemos restringir o evitar su consumo? ¿puede provocar cáncer? En este post trataré de responder a los mitos frecuentes que circulan por la red
La leche como alimento
La leche es una fuente natural de proteínas de alto valor biológico, grasas, hidratos de carbono, vitamina A, D, B2, B12….así como una fuente importante de minerales especialmente Calcio, Potasio y Fósforo
Por su gran aporte en Calcio, la leche y los derivados lácteos, son una fuente sencilla de obtener Calcio necesario para el mantenimiento de la densidad ósea y para la prevención de dolencias como la osteoporosis , el raquitismo y otras dolencias relacionadas con los huesos
Para obtener la ración recomendada de Calcio, se recomienda consumir una media de 2-3 raciones de lácteos al día. Este consumo puede aumentar o disminuir dependiendo de las circunstancias de cada persona por ejemplo durante el embarazo y lactancia en el que se recomienda consumir unas 3-4 raciones diarias….
¿Son la leche y los derivados lácteos perjudiciales para la salud? ¿debemos restrigir su consumo?
No existen estudios científicos que relacionen el consumo de leche y derivados lácteos con efectos perjudiciales para la salud, sin embargo, la controversia sigue abierta fundamentalmente, porque un determinado porcentaje de la población tiene intolerancia a la lactosa asociando que, como a un porcentaje de la población le sienta mal, tiene efectos perjudiciales para la salud. Esto no es debido a la leche en sí, sino a que, para poder digerir este alimento, se necesita la presencia de la enzima lactasa. Este azúcar descompone la lactosa (azúcar presente de forma natural en la leche) en dos azúcares simples: glucosa y galactosa. Si se carece de esta enzima, o no se produce la cantidad necesaria de esta enzima, al tomar leche, este azúcar no se descompone o se descompone parcialmente provocando hinchazón abdominal, diarrea…
En este casos se puede optar por tomar leche sin lactosa. La leche sin lactosa, no es más que leche a la que la industria alimentaria le añade la enzima lactasa para descomponer la lactosa en sus azúcares simples, obteniendo una leche en la cual la glucosa y la galactosa están separadas por lo que no causará ningún problema digestivo en personas que carecen de esta enzima digestiva.
Si la intolerancia a la lactosa no es muy acusada, el yogur y los quesos, no suelen causar intolerancia porque su contenido en lactosa es menor
Un pequeño porcentaje de la población, alrededor de un 1%, tiene alergia a alguna/s proteína/s de la leche. Este tipo de alergia es más frecuente en la infancia, especialmente durante el período de lactancia por el paso de las proteínas de la leche de vaca ingeridas por la madre a través de la leche materna o al sustituir la lactancia materna por lactancia artificial. Este tipo de alergia suele desaparecer en un 85% de los casos en los primeros 3 años de vida, en los adultos es muy excepcional
Mientras dure este alergia o, si persiste en la edad adulta, debe eliminarse el consumo de leche de la dieta, y sustituirla por leches vegetales
¿Puede provocar cáncer?
No existen estudios científicos ni revisiones científicas que relacionen el consumo de lácteos con una mayor incidencia de ciertos tipos de cáncer, al contrario, numerosos estudios y revisiones indican los efectos positivos de su consumo para combatir ciertos tipos de cánceres entre ellos el de mama (podéis consultarlo AQUÃ ), y el cáncer colorrectal (podéis consultarlo AQUÃ)
Esto son sólo dos ejemplos, pero existen multitud de estudios que relacionan el consumo de lácteos con menor incidencia de otros tipos de cánceres y otros beneficios para la salud.
Conclusión
A tenor de lo expuesto anteriormente y de lo que indican las revisiones y estudios científicos, salvo que tengas alergia a las proteínas de la leche, el consumo de lácteos (ya sean con lactosa o sin lactosa) no presenta ningún efecto perjudicial para la salud, al contrario, siendo además una fuente sencilla, económica y segura de garantizar las necesidades diarias de Calcio.