El desayuno es uno de los alimentos más importantes del día; las proteínas que ingieres serán necesarias para un buen funcionamiento del cuerpo y la mente por la mañana. Puedes comer frutas, cereales, lácteos y proteínas, pero algo que te ayudará a proteger el estómago será un yogur de vagina hecha por ti misma.
Aunque suene descabellado, la vagina tiene millones de bacterias benéficas para el cuerpo y se compone de ácido láctico, peróxido de hidrógeno y otras sustancias que ayudan a que la vagina esté sana.
Una de las más importantes se llama lactobacilo, que se genera también a través de la leche, yogur y queso. La creadora de esta inimaginable receta es But Westbrook, quien un día se preguntó qué tan benéfico sería hacer un yogur con todas las propiedades benéficas que tiene su propia vagina.
Tener una ingesta de probióticos ayuda a que el intestino se mantenga sano, y estos se pueden encontrar dentro de la vagina.
¿Cómo hacerlo?
La creadora del yogur de vagina, ayudada con una cuchara de madera, sacaba secreciones vaginales que agregaba a la leche. A la mañana siguiente la magia de la biología había hecho su efecto y los probióticos se desarrollaban en el lácteo, lugar idóneo para la reproducción de bacterias. Este yogur era parte de su desayuno.
Westbrook comenta que el sabor al principio era ácido y picante, además provocaba un hormigueo en la lengua. Comparaba el sabor con el yogur indio y lo mezclaba con moras o arándanos.
Un doctor que revisó el extraño método de But para desayunar, explica que cuando tomas las secreciones vaginales tomas completamente todo: lo bueno y lo malo. Así, dependiendo de cada mujer, tomas bacterias que podrían ser malas para el cuerpo. El único acierto que veía dentro de la dieta de But era que tomaba probióticos que ella misma generaba, lo que definió como una buena oportunidad para que las mujeres pudieran nivelar sus niveles de pH y hormonas en general porque se alimenta de lo que ella produce.
La Administración de Comida y Drogas de Estados Unidos estipula que «cualquier alimento que contenga secreciones vaginales no se considera «comida» y que pueden transmitir enfermedades; un alimento que contenga secreciones vaginales o cualquier otra secreción está considerada adulterada».
Lo que But defiende es cómo se «siente» el cuerpo después de probar el yogur. Según ella siente una conexión diferente con su cuerpo. La feminista agradece poder alimentarse de ella misma.