Los lácteos y su participación en el deporte
Algunos deportistas lo aseguran y un grupo de científicos estudia la posibilidad: la leche sería igual o mejor que las bebidas energizantes utilizadas para recuperarse después de los entrenamientos. Pese a la discusión, lo importante es no olvidar que la hidratación es primordial en la ejecución de cualquier actividad física.
Carla González C.
En septiembre del año pasado algunos medios de prensa replicaron un comunicado que hablaba de las grandes posibilidades que tiene la leche de ser un reemplazante de las bebidas energéticas que utilizan los deportistas para recuperarse tras intensos entrenamientos.
Entre los datos que se rescatan del informe, está lo que menciona la nutrióloga del Consejo Médico de Gran Bretaña «“ Glenys Jones «“ quien dice que «el contenido proteico de la leche la convierte en la bebida ideal para después de una sesión de ejercicio», pues este producto «ofrece los bloques que necesitas para construir nuevos músculos».
Por otro lado, la noticia habla acerca de los beneficios de la leche, claramente superiores «“ dicen «“ que los de las bebidas deportivas. Al respecto informan que este líquido no sólo «contiene carbohidratos, electrolitos, calcio y vitamina D», sino que también «las dos proteínas más recomendadas para reconstruir músculos: caseína y suero».
A pesar de lo anterior, en el mismo comunicado informan que «los expertos no se han logrado poner de acuerdo para determinar si la leche es mejor que las bebidas energizantes», esto pues también aseguran que desde hace un tiempo que los productos lácteos han querido integrarse a lo que se considera un mercado millonario, el del deporte.
La nutricionista Cristina Tillery menciona en un artículo publicado en la revista Santiago Runners que «una adecuada hidratación es imprescindible para mantener un óptimo rendimiento físico». Para ello existen las bebidas deportivas, «compuestas de agua hidratos de carbono y sales, diseñadas para reponer las pérdidas de agua, electrolitos (principalmente sodio) y aportar hidratos de carbono».
Al respecto, el médico urólogo de Clínica Las Nieves, doctorado en nutrición deportiva y destacado triatleta nacional, doctor Norman Macmillan, dice que es necesario hacer una distinción, primero entre el uso e importancia de la leche y las bebidas energéticas y segundo, con respecto al momento en que estos productos pueden ser ingeridos, pues no da lo mismo recurrir a ellos en medio del entrenamiento que después de él.
En ese sentido, enfatiza en la idea de que la leche no puede reemplazar a la bebida energética y viceversa y es por eso que menciona que en el caso de las bebidas deportivas, éstas «se caracterizan por ser una solución hidratante que está compuesta fundamentalmente por una mezcla de carbohidratos (glucosa, fructosa, sacarosa) que cumple con la función de aportar energía y por algunos minerales como el sodio que reemplaza a la sal perdida por la sudoración».
En este mismo punto afirma que estos productos, «están diseñados en concentraciones específicas de carbohidratos que son de aproximadamente 6 u 8% para que ese líquido no quede retenido en el estómago, porque si es muy concentrado de azúcar aportan obviamente más energía», pero quedan mucho tiempo en el organismo y por ende hay una demora en su liberación hacia la circulación.
El doctor Macmillan afirma que las bebidas deportivas cumplen con tres funciones: hidratar, aportar energía y reponer en parte la sal (sodio) perdida en la sudoración. En ese sentido dice que «están diseñadas para ser consumidas durante el ejercicio, especialmente aquellos donde se produce gran transpiración, como por ejemplo en ambientes cerrados, en eventos deportivos donde se quiere tener el máximo de energía y/o en entrenamientos prolongados».
La leche para después
«Los lácteos son otra cosa», manifiesta el especialista en nutrición deportiva, quien menciona que estos productos son «un alimento «“ hablemos de uno descremado – que en cuanto a nutrientes aporta fundamentalmente proteínas y calcio y por otro lado tienen un bajo contenido de carbohidratos», la mitad de ellos dice, son lactosa la que no es muy bien tolerada por algunas personas.
Entonces, agrega, «la leche no es un buen aporte en carbohidratos y por lo tanto si se consume durante el ejercicio, estaría cumpliendo probablemente de los tres objetivos que se buscan con la bebida deportiva, sólo con el aporte de líquido», es decir sería básicamente un aporte en cuanto a la hidratación.
Por otro lado, el médico comenta que «si se consumen grandes cantidades de proteína durante el ejercicio, el nitrógeno que se deriva de la digestión de ellas podría incluso generar una sensación de fatiga». Por lo tanto, dice que «si hablamos de reemplazar la bebida deportiva durante el ejercicio con un lácteo, no» sería algo positivo.
El especialista de Clínica Cordillera comenta que en eventos deportivos de extrema duración, se recomienda que los deportistas ingieran cantidades de proteínas, específicamente de algunos aminoácidos. Lo importante, recalca, es que estas porciones sean muy pequeñas, sin duda mucho menores a las que aporta la leche.
Distinto es ingerir algún producto lácteo después del entrenamiento. Ahí, el doctor Norman Macmillan menciona que podría resultar útil, pero tampoco como único producto, sino como un complemento a la bebida energética, esto pues luego de ejercitarse la persona «también necesita el aporte proteico además de la prioridad de reponer los carbohidratos».
En este contexto afirma que «la leche contiene una rica cantidad de aminoácidos esenciales que en este caso vienen líquidas y por lo tanto sería beneficiosa ya que tiene una rápida llegada al músculo».
Según cuenta el médico, se ha demostrado que la leche con chocolate o en general el lácteo saborizado ingerido después del entrenamiento tiene aún más virtudes (recordemos, ésta debe ser además descremada). Sus cualidades, entre ellas la de ser azucarada, «estaría cumpliendo de manera efectiva como un recuperador de la energía», sostiene.
«Se han hecho estudios que han demostrado que ingerir un lácteo saborizado después del entrenamiento es mucho más beneficioso que consumir una bebida energética», cuenta el especialista.
¿Y el agua?
En el caso del agua potable, el médico menciona que ésta sólo cumple con el propósito de hidratar, por lo tanto durante el ejercicio no es recomendable si se piensa claro, en personas que están desarrollando una actividad intensa y prolongada.
Al contrario, afirma que en casos de actividades más bien cotidianas como dar un paseo en bicicleta, la ingesta de agua no tendría mayor repercusión que saciar la sed. «Quizás ni siquiera sea necesario hidratar si se hace un ejercicio de corta duración en forma lúdica», dice.
Volviendo a las bebidas deportivas, el doctor Macmillan afirma que la recomendación en cuanto al consumo es, durante el entrenamiento, de medio litro por hora. Esto repondría gran parte «“ no la totalidad «“ de lo que la persona ha transpirado.
Si hablamos de la ingesta de líquido después de la actividad y más aún si se quiere combinar una bebida energizante con un lácteo, lo ideal es tomar entre 250 a 300 cc. de alguna bebida azucarada y la misma cantidad de leche (siempre teniendo en cuenta la posible intolerancia a la lactosa).
Por último, el doctor Macmillan subraya que es muy importante saber que las bebidas energizantes son para uso deportivo y no para ser consumidas de manera casera y menos por personas sedentarias, esto pues al entregar un gran aporte de energía, haría que estas personas aumenten de peso considerablemente.