Aunque cada vez hay más tipos de leches disponibles en el mercado, desde las enteras, semidesnatadas y desnatadas, enriquecidas con suplementos alimenticios, sin lactosa»¦, hay diversas teorías que hablan de sus ventajas e inconvenientes.
Lo que está claro es que los lácteos son alimentos muy completos y equilibrados con una gran variedad de componentes nutritivos. Por eso, se consideran uno de los pilares básicos de la dieta. La leche es un producto alimenticio muy completo, ya que contiene una diversidad de carbohidratos, grasas, proteínas, vitaminas B2 y B12 y minerales.
Las informaciones aparecidas que hablan de los problemas que pueden ocasionar los productos lácteos han hecho que su consumo haya bajado en los últimos años, llegándose a alcanzar cifras de una reducción del 40 % en Reino Unido.
En España, también ha bajado el consumo de leche y productos derivados, aunque según el Panel de Consumo Alimentario y el Observatorio del Consumo y la Distribución Alimentaria del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino de octubre de 2013, última cifra disponible, se vislumbra un pequeño aumento del consumo de leche y sus derivados, sobre todo en forma de queso y yogur.
Una encuesta llevada a cabo a médicos de Atención Primaria muestra que el 80 % cree que sus pacientes no consumen suficientes lácteos. Por eso, casi la mitad recomienda consumir entre dos y tres raciones de lácteos al día. De hecho, un vaso de leche entera permite cubrir más del 20 % de la ingesta diaria recomendada de calcio y otros nutrientes.
Algunas teorías apuntan a que la leche no es beneficiosa en pacientes con enfermedad cardiovascular, pero según el doctor Sergio Calsamiglia, catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona, no hay ninguna evidencia para los que recomiendan reducir el consumo de leche para disminuir el riesgo cardiovascular.
Lácteos en la dietaEstá claro que los productos lácteos pueden causar trastornos en algunas personas, pero no en todas. Sus beneficios nutricionales han sido demostrados, por lo que la reducción del consumo puede ocasionar problemas, ya que la leche y sus derivados aportan la mayor parte del calcio de la Dieta Mediterránea.
En este sentido, hay que distinguir entre intolerancia y alergia. La intolerancia es la incapacidad para poder digerir de forma parcial o total la lactosa, porque hay un déficit de lactasa. Las personas con intolerancia a la lactosa pueden sufrir problemas digestivos, pero toleran la leche y sus derivados en pequeñas cantidades. Sin embargo, los que presentan alergia a la leche no pueden tomar ningún producto lácteo. No obstante, la alergia a la leche de la vaca suele aparecer en los primeros años de vida, pero es rara en la edad adulta.
Ante la teoría que sostiene el rechazo de los lácteos porque el hombre es el único mamífero que mantiene la ingesta de leche durante toda su vida, el doctor Sergio Calsamiglia recuerda que «el hombre bebe leche después de la lactancia por la sencilla razón de que es un animal racional: el mismo motivo por el que es capaz de cocinar sus alimentos».