Un estudio reciente encuentra una relación entre el queso y el comportamiento adictivo. (Ken Hively / Los Angeles Times)
¿Realmente el queso es tan adictivo como el crack?
Para aquellos que creen que tienen una verdadera adicción al queso, podrían encontrar validación a su creencia en un reciente estudio realizado por la Universidad de Michigan y publicado en U.S. National Library of Medicine, la prueba científica de que la adicción a la comida si existe.
¿Pero el estudio realmente confirma su necesidad de una porción diaria de queso?
De acuerdo las pautas del National Institutes of Health Dairy, la ingesta diaria recomendada de queso es de 1.5 onzas. Para poner las cosas en perspectiva: en una pizza promedio de 14 pulgadas hay alrededor de cuatro a cinco onzas de queso.
Si usted está comiendo más de un par de pedazos de pizza, está sobrepasándose de la asignación recomendada. Según el estudio, no es su culpa. Pero después de cavar más profundo en la investigación, la base para la conexión entre las drogas y el queso proviene de modelos animales, no del comportamiento humano.
«Si bien hay poca evidencia en humanos de qué alimentos pueden ser adictivos, los modelos animales sugieren que los alimentos altamente procesados se asocian con comer de manera parecida a una adicción», dice el estudio, el cual utilizó para determinar sus resultados las respuestas de la Escala de adicción a alimentos de Yale, diseñado para medir si una persona tiene una adicción a la comida.
«Las ratas en una dieta de alimentos altamente procesados, como el pastel de queso, exhiben regulación a la baja en el sistema de dopamina, misma que también ocurre en respuesta a las drogas de abuso», dice el estudio. ¿Traducción? Las ratas usadas en un estudio sobre la disfunción de la adicción como recompensa y comer compulsivamente en ratas obesas, exhibieron un comportamiento adictivo en respuesta a ciertos alimentos, como el pastel de queso, pero no a su comida normal de rata.
Y la idea de que el queso es igual a drogas, surgió del Dr. Neal Barnard, presidente de Physicians Committee for Responsible Medicine (Comité de médicos por una medicina responsable) y autor de «Breaking the Food Seduction» (Rompiendo la seducción de la comida). En un artículo para VegetarianTimes.com, Barnard llamó al queso «una adicción».
«En realidad, es más exacto decir que estoy enganchado de la casomorfinas, los pequeñitos compuestos biológicamente activos, producidos cuando mi cuerpo descompone las proteínas de la leche», dijo Barnard.
Cuando el cuerpo intenta descomponer la caseína, una proteína que se encuentra en todos los productos lácteos, los aminoácidos en la proteína no se separan totalmente, dando lugar a cadenas de aminoácidos. Las casomorfinas son las más pequeñas cadenas de aminoácidos.
«Las casomorfinas se adhieren a los receptores de opiácidos del cerebro, provocando un efecto calmante muy parecido a la manera en que lo hacen la heroína y la morfina», explicó Barnard.
Y dado que el queso tiene un contenido concentrado de casomorfinas, Barnard sugiere que puede ser llamado el crack lácteo.
Así que, la decisión de llamar al queso crack, es enteramente suya. Y si algunos estudios científicos hacen que usted se sienta mejor consigo mismo al comer una quesadilla en el almuerzo y media tabla de quesos antes de la cena, que así sea.