La reunión de varios expertos en vacuno lechero actualiza la importancia del recuento de células somáticas en la leche en la lucha frente a la mastitis, la más importante amenaza sanitaria para los productores.
El recuento de células somáticas (RCS) es uno de los indicadores de la calidad de la leche. Cuando este índice se incrementa, lo hace en respuesta a bacterias patógenas como Staphylococcus aureus, causante de mastitis. Una vaca totalmente sana muestra recuentos de aproximadamente 50 mil células/ml de leche, variando este número entre 5.000 y 200 mil, aunque el número de células puede cambiar según el estadio de lactación, y aumenta según la vaca se hace más vieja.
Utilizar los datos de RCS como herramienta de manejo en la lucha frente a las mastitis en los rebaños requiere una interpretación apropiada. La mastitis es una enfermedad muy costosa y depende, en gran medida, de un manejo e higiene apropiados. Cuando los productores ven los resultados de RCS pueden estar tentados a prestar más atención a los animales con niveles muy elevados, ya que son los más impactantes. Sin embargo, las vacas con niveles de RCS moderadamente elevados (entre 200 mil y 500 mil) suelen ser ignoradas. El seguimiento debería enfocarse en el tratamiento de nuevos índices de infección, índices de recuperación e índices de infección en el periodo seco. (Lea: Diferencia entre leche UHT, uperisada, pasteurizada y esterilizada)
Otra de las conclusiones de los expertos apuntaba al RCS como una herramienta diagnóstica muy útil para la identificación individual de vacas que están infectadas de forma persistente por patógenos. Estos datos pueden utilizarse para la toma de decisiones de manejo. Por ejemplo, vacas con RCS>100.000 durante el último mes de lactación deberían ser seleccionadas para tratar. Además, el RCS puede utilizarse a nivel del rebaño para evaluar la prevalencia de vacas infectadas en diferentes momentos (posparto, antes del secado) o en diferentes grupos de animales (primíparas, multíparas).
Respecto a los tratamientos, el periodo de secado es el momento ideal para tratar las mastitis subclínicas y para incrementar la salud de las ubres del rebaño. Esto puede hacerse con un «doble tubo»: antibiótico y, a continuación, un sellador cuando entre en el periodo seco.
También se enfatizó la importancia de un bajo RCS para la producción del queso parmesano. Recuentos elevados de células suponen menos caseína disponible para el proceso de fabricación del queso. Con la misma proteína, menos caseína, y con menos caseína, menos queso puede producirse a partir de la misma cantidad de leche. Por ejemplo, 1.100 kg de leche (RCS=500) con un 2,60% de grasa y un 2,43% de caseína dan 1,58 kg menos de queso que la misma cantidad de leche con un RCS de 250, 2,60% de grasa y 2,48% de caseína. Por ejemplo: una explotación lechera con 10 tanques (unas 500 vacas) x 1,58 kg = 15,8 kg/día menos de queso. 15,8 kg x 365 días = 5.767 kg. 5.767 kg x 9,75€= unas pérdidas de 56.228 €/año. (Lea: Lo que callan las vacas)
En conclusión, está claro que el RCS debería estar más integrado en el manejo de las explotaciones, tanto para el productor como para el veterinario. Un elevado RCS no significa que la vaca tenga un sistema inmune elevado y, por tanto, saludable. Cómo interpretar los resultados del RCS, qué vacas tratar y cómo y cúando hacerlo, son partes cruciales para erradicar las mastitis y garantizar la calidad de la leche.