NPR está exponiendo las pruebas de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), realizadas hace unas semanas, que muestran que algunos productores de leche han estado suministrando antibióticos no aprobados a las vacas.
«Los cargamentos de leche son examinados para identificar seis de los antibióticos más utilizados, y cualquier carga que da positiva se rechaza. Entonces, cuando las vacas son tratadas [con estos antibióticos], los productores desechan la leche durante varios días hasta que los residuos desaparecen», señala el artículo.
Sin embargo, hay muchos más antibióticos que no son detectados, y la FDA recientemente «buscó 31 medicamentos diferentes en las muestras de leche de cerca de 2,000 granjas lecheras.»
La FDA informó que algunos agricultores están utilizando medicamentos que no aparecen en las pruebas estándar, y que «[n]inguno de los medicamentos que la FDA detectó está aprobado para su uso en vacas lecheras lactantes.»
Si bien sólo el 1% de las muestras analizadas tenía estos residuos, su simple presencia plantea mayores preocupaciones en cuanto a la falta de supervisión en la producción de leche y los riesgos inherentes a consumir animales que viven en ambientes tan sucios y plagados de enfermedades, que necesitan ser bombardeados con antibióticos para sobrevivir.
Los consumidores preocupados pueden evitar la carne y la leche contaminadas y al mismo tiempo ayudar a prevenir la crueldad hacia los animales. ¿Cómo? Dejando de lado los productos animales y cambiándolos por alternativas saludables y compasivas, a base de plantas.