Leche: Vaca
Tipo: Pasta dura, corteza natural enmohecida con ácaros
Materia Grasa: 45%
Maduración: Entre 2 y 5 meses
Aspereza: Media
Vino: David Pélissier – Boudes 2006 (Côtes d’Auvergne)
País de origen: Francia
Región: Auvernia-Ródano-Alpes
Notas: La región de Auvernia, en Francia está llena de montañas verdes de hasta 2 mil metros de altura y el área más grande en Europa de volcanes no activos. Es el rico suelo compuesto de minerales que contribuyen a los sabores únicos de quesos procedentes de la región de Auvernia. El Tome de Pont Astier es un característico ejemplo de quesos de esta región.
Este queso lo elabora la Laiterie Antoine Garmy, situada en la aldea de Pont Astier, perteneciente al municipio de Orléat, en Auvernia. El Tome de Pont Astier es un queso de leche de vacas que pastan libremente en los prados exuberantes del Parque Natural Livradois-Forez.
Queso de pasta dura, sin cocer prensado, elaborado con leche cruda de vaca. El queso se deja madurar lentamente en las cuevas naturales de 2 a 5 meses durante los cuales desarrolla una corteza enmohecida, y gracias a la humedad natural de las cuevas que favorecen la posible proliferación de ácaros en su corteza, no comestible. En su interior la pasta es de textura compacta y dura. El sabor es delicado con reminiscencias a tierra y musgo, el aroma es embriagadoramente perfumado.
Tome de Pont Astier es un queso que se distingue por su forma rectangular, de 40 cm. de largo, 30 cm. de ancho y 9 cm. de grosor.
Es un queso para los amantes del queso rústico.
La Laiterie Antoine Garmy elabora una amplia gama de quesos, entre ellos podemos destacar; el Gaperon, el Brique du Forez, el Rogeret de Chèvre, el Puits d’Astier, un queso de leche de oveja con un agujero en medio, quesos azules como el Persillé de Pont Astier, el Fourme d’Ambert AOP, el Bleu d’Auvergne AOP o el Saint-Nectaire y varios más.
El Tome de Pont Astier se adapta con casi todos los momentos del día, desde el desayuno hasta bocadillos. A dados como aperitivo. Puede formar la base de una ensalada crujiente (de escarola, por ejemplo). En un sándwich de jamón y queso.