Un niño que beba más de medio litro de leche al día consigue más del 80 por ciento del calcio que necesita.
La leche y sus derivados (cuajada, quesos, yogures, etc.) son alimentos esenciales en todas las etapas de la vida, especialmente en la lactancia, en el crecimiento (infancia y adolescencia) y a partir de los 40 años.
Un niño en edad escolar que beba 3/4 de litro de leche al día o alimentos equivalentes consigue por esta vía más de la mitad de las proteínas y más del 80 por ciento del calcio y vitamina B2 que necesita.
Y es que el calcio, uno de los principales componentes de los lácteos, es un nutriente esencial para la estructura ósea: ya desde el estado embrionario y hasta los 35 años, se va depositando en los huesos y contribuye a desarrollar la masa ósea de un individuo. El calcio también participa en la transmisión del impulso nervioso y en la excitabilidad muscular, así como en la coagulación de la sangre, entre otras funciones.
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