Después de realizar un ejercicio intenso es importante una buena recuperación, y es que nuestro cuerpo necesita cargar de nuevo lo que ha perdido para conseguir que los músculos vuelvan a su estado normal y puedan crecer de forma correcta.
A lo largo del entrenamiento las fibras musculares pierden glucógeno, y es que éste es la principal fuente de energía que tienen nuestros músculos a la hora de entrenar. Por este motivo es importante recargar las reservas a través de un alimento que nos ayude a recuperarnos mediante el aporte correcto de los nutrientes necesarios. La leche puede ser este alimento, y es que contiene infinidad de nutrientes.
Una vez que hemos terminado de realizar ejercicio y hemos sometido a nuestros músculos a un desgaste constante de energía que ha acabado con las reservas de glucógeno, éstos necesitan de glucosa y aminoácidos para recuperarse del esfuerzo realizado y así poder aumentar su volumen. Es importante que dotemos al organismo de estos nutrientes que obtendremos a través de los hidratos de carbono y las proteínas.
Es primordial dárselo a los músculos cuanto antes para que la recuperación sea lo más rápida posible. Por este motivo conviene ingerir estos nutrientes al acabar de entrenar, y si es de forma líquida será mucho mejor, pues el efecto es más rápido, ya que el organismo lo asimila antes. Una de las mejores y más naturales formas de hacerlo es mediante la ingesta le leche, ya que es un alimento que contiene altas dosis de hidratos de carbono y proteínas con un alto valor biológico y de fácil asimilación por el organismo.
A esto tenemos que sumar que si ingerimos leche desnatada el aporte graso es mínimo, con lo que estamos consiguiendo dotar al músculo de los nutrientes necesarios libres de grasa que lo único que consiguen es taparlo. Además, tomar leche después de entrenar ayuda a recuperar el músculo del esfuerzo hasta un 30% más que si no tomamos nada. Esta rápida recuperación repercutirá en la energía que el músculo tendrá para afrontar futuras sesiones de entrenamiento.
Es importante que los músculos se recuperen lo más rápido posible para poder aumentar su volumen y poder hacer frente a las demás sesiones de entrenamiento sin llegar a fatigarse. Al recibir aminoácidos provenientes de las proteínas de la leche, la reconstrucción muscular se produce antes y por lo tanto el aumento de fibras musculares es más efectivo.
Consumir leche después del entrenamiento es una buena solución para mejorar los resultados que queremos conseguir con el ejercicio. Es bueno que nos acostumbremos a dotar al organismo de las cantidades de aminoácidos y glucosa que requieren los músculos para recuperarse tras un entrenamiento intensivo. Aunque si no tenemos la posibilidad de beber leche es importante ingerir cualquier tipo de alimento que contenga hidratos de carbono y proteínas.