Nuevo respaldo a los lácteos para bajar de peso

Alimentos ricos en calcio puede ser importante en las dietas para adelgazarUn nuevo estudio aporta más datos, y bastante concluyentes, en favor de los lácteos y sus derivados como ayuda para adelgazar. En realidad, en base a los resultados de esta investigación, el consumo de alimentos ricos en calcio pasaría a ser un elemento esencial en las dietas para adelgazar, muy por delante de otras consideraciones, como si la dieta es restrictiva en grasas o en hidratos.

La conveniencia o no del calcio en las dietas para adelgazar es una vieja polémica entre científicos, expertos e incluso particulares. Si bien algunos estudios afirmaban su eficacia, otros muchos se inclinaban por su inutilidad, e incluso algún otro denunciaba ciertos riesgos o efectos negativos, como problemas digestivos o aumento de la obesidad.

En este panorama ciertamente confuso, el presente estudio supone un claro espaldarazo a la inclusión de lácteos y derivados en las dietas para adelgazar. Ha sido realizado por un equipo de investigadores de la Universidad Ben-Gurión del Néguev, en Israel, encabezado por Danit Shahar y publicado en «American Journal of Clinical Nutrition».

La investigación se realizó durante dos años sobre más de 300 hombre y mujeres de una edad entre 40 y 65 años con sobrepeso. Lo que se quería comprobar, en principio, era el efecto en ellos de tres diferentes tipos de dietas para perder peso: la mediterránea, la baja en grasas y la pobre en hidratos.

El resultado fue notable y, para algunos, sorprendente: con independencia de cuál de las tres dietas se siguiera, los participantes que tomaron más calcio adelgazaron más. Así, aquellos que ingirieron el equivalente a 580 miligramos de calcio al día perdieron, después de los dos años que duró el estudio, seis kilos más que los que menos derivados lácteos tomaron, en torno a 150 miligramos de calcio diarios.

La razón de esto podría residir, según los autores del estudio, en que el calcio contribuye a aumentar la excreción de grasa en las heces, si bien insisten en que es necesario realizar más estudios que aclaren la relación causal entre las diversas variables implicadas.

Para hacerse una idea de a qué equivalen estas cantidades, diremos que 580 miligramos de calcio se obtienen, aproximadamente, del consumo de dos vasos de leche de 200 ml. y un yogur de 125 gramos. Por su parte, 150 miligramos se obtienen de 2/3 de vaso de leche. De forma orientativa, 100 gramos de queso tienen en torno a 700 miligramos de calcio; la misma cantidad de leche o yogur, 110; de almendras, 250; de espinacas, 150 y de pescado, 50.

Otro dato que, además de su importancia en sí, apoya lo dicho más arriba, es el resultado obtenido en lo referente a la vitamina D. Porque aquellos participantes con más vitamina D en la sangre fueron los que perdieron más peso. Esta vitamina la utiliza el organismo, entre otras cosas, para la absorción del calcio. En casos extremos, la falta de esta vitamina puede producir raquitismo.

Si bien no se debe tomar vitamina D de forma indiscriminada y sin control médico (puede causar intoxicación vitamínica), sí conviene saber que sus principales fuentes naturales son, por este orden, los pescados azules, cereales para el desayuno y los huevos. La leche lo es sólo si está enriquecida en vitamina D. Además, como es sabido, tomar el sol favorece que el organismo la fabrique en la piel.

Deberíamos tomar buena nota de este estudio y concederle la importancia que se merece, ya que perder seis kilos adicionales es una cantidad nada despreciable. A modo de comparación, es aproximadamente el doble de lo que ofrecían algunas píldoras que, por sus efectos secundarios, fueron retiradas del mercado. Los lácteos y sus derivados son mucho más baratos, más eficaces, no tienen efectos secundarios y, además, están más ricos.