La leche es un alimento rico en nutrientes y minerales que muchos de nosotros tomamos a diario. Pero existen personas a las que la lactosa no les sienta del todo bien, ya que su organismo no la digiere adecuadamente. La industria láctea lo sabe, y por eso ha sacado al mercado leches sin lactosa. Es aquí cuando nos surge la duda de si es mejor tomar la leche normal o sin lactosa.
Como siempre que surge un nuevo producto, muchos son los que desconfían de sus beneficios y muchas son las dudas que surgen entorno a su efectividad. El caso de la leche sin lactosa no iba a ser menos. Este tipo de derivado láctico se obtiene a partir de la leche desnatada a la que se le elimina gran parte de la lactosa, o azúcar de la leche, y sus azúcares se dividen en dos mucho más digeribles, la glucosa y la galactosa. El resto de nutrientes de la leche permanecen totalmente intactos.
Para muchas personas la lactosa que se encuentra en la leche es un gran inconveniente a la hora de ingerir este alimento, ya que las digestiones suelen hacérseles demasiado pesadas e incluso en ocasiones pueden hasta generar el vómito en las personas que lo han consumido a causa de una mala digestión. En este tipo de personas la lactosa supone todo un problema, haciendo que se vean obligados a eliminar de su dieta la leche o sustituirla por otros preparados lácticos derivados de la soja, por ejemplo.
La lactosa no solo afecta a las personas que no la toleran, sino que al resto nos ralentiza el proceso digestivo haciendo que la digestión no se realice de forma correcta en muchas ocasiones. Esto da como resultado que nos sintamos más pesados, que el estómago genere infinidad de gases derivados de la fermentación»¦ Por ello la leche sin lactosa puede ser una gran ayuda para mejorar las digestiones de la leche.
Para digerir correctamente la lactosa es necesario que nuestro cuerpo produzca una encima llamada lactasa, que es la encargada de procesar y asimilar los azúcares que forman la lactosa. Al ser complejos el cuerpo tarda más en asimilarlos, lo que hace que la digestión sea más lenta. La eliminación de la lactosa hace que la digestión sea más ligera y que el cuerpo asimile antes los nutrientes de la leche, lo que hace que aprovechemos al máximo las vitaminas y minerales que nos brinda un alimento tan rico.
La opción de tomar leche sin lactosa es buena para todos, tengamos o no intolerancia a este componente, ya que al acelerar la digestión conseguiremos un mejor funcionamiento metabólico que se traducirá en un mayor aprovechamiento del alimento., Además, la leche a la que se le ha eliminado la lactosa resulta igual de beneficiosa que el resto, ya que los nutrientes se mantienen intactos en su totalidad.