Muy Interesante
Su irrupción en el mercado no ha estado exenta de polémica. Diversos estudios han demostrado que las leches enriquecidas no son suficientes para compensar las deficiencias que se derivan de una dieta pobre. Y, lo que es peor, las falsas promesas pueden hacer que el consumidor mantenga hábitos dietéticos incorrectos. Tampoco existen aún conclusiones clínicas y epidemiológicas que avalen la absorción y eficacia de los elementos que se añaden a la leche. Sí puede considerarse una alternativa válida cuando se pretende aumentar la dosis diaria de calcio con el fin de evitar la osteoporosis, sin necesidad de consumir más calorías. Por ejemplo, 200 mililitros de una leche convencional suele aportar unas 120 kilocalorías y 240 mg de calcio. La misma cantidad de leche enriquecida aporta hasta 320 mg.