EL PELIGRO DE LA LECHE

Para la alimentación de un niño es importante que este tome productos ricos en calcio. Los padres deben saber qué alimentos contienen este elemento químico, también qué cantidad y cuál es la recomendable en una dieta corriente. Generalmente se cree que son los productos lácteos los que más calcio tienen y los mejores para la salud, ¿pero hasta qué punto es realmente cierto?

Antes que nada, se tiene que tener en cuenta que el calcio se ha convertido en uno de los caballos de batalla de muchas empresas. Así pues, no es de extrañar que marcas como Leche Pascual o Danone hagan continuas referencias al calcio cuando publicitan sus productos lácteos. ¿Podemos ser «víctimas» de los intereses comerciales de estas empresas?

Mucho se habla de los productos lácteos, del calcio y de sus propiedades positivas, pero también hay otros puntos de vista al respecto. A continuación vamos a poner nuestro granito de arena sobre este tema:

El producto lácteo no es tan bueno como parece, ya que produce bastante indigestión.

Tomar leche no es corriente en la naturaleza. Fijémonos en que los animales dejan de tomar leche una vez son destetados. Solo las personas (además de los perros o los gatos, pero porque los humanos los hemos acostumbrado) seguimos tomando leche de manera habitual. Más anormal aún es beber leche de un animal de otra especie (vacas, ovejas, etc.), algo que solo hacemos los seres humanos.

No todos los productos lácteos son ricos en calcio. Los productos lácteos, aunque tienen calcio, están compuestos por proteínas animales, que se ha demostrado que crean pérdidas de calcio a través de la orina. Los países que consumen más leche (como es el caso de Estados Unidos) presentan mayores índices de osteoporosis, una enfermedad en la que disminuye la cantidad de minerales en el hueso.

La leche puede ser causa de multitud de males: tumores, alergias, cólicos, mucosidades, etc.

La leche no se toma en todas partes del mundo. Los japoneses y los asiáticos en general son bastante dados a tener intolerancia a la lactosa, por lo que no consumen leche. El porcentaje de intolerantes es bastante elevado en los países orientales. Los japoneses obtienen el calcio de otras fuentes: la soya, toffu, etc.

La verdura contiene más calcio que los productos lácteos. Se puede mantener una dieta con calcio en la que los lácteos no estén presentes y sí verduras y legumbres.

Se ha aumentado el nivel de calcio en ciertos productos lácteos como el Omega-3, pero algunos expertos señalan que el cuerpo absorbe únicamente lo que necesita, desechando el resto. Por más que se aumente el calcio, el resultado será el mismo.

No todos los productos ricos en calcio tienen la misma cantidad. Un mismo producto puede tener más o menos calcio según qué empresa lo produce. Es decir, el queso de la marca X no tiene por qué ser igual que el de la marca Y, pese a que en ambos casos se trata del mismo alimento. El tratamiento que pueden haber recibido es distinto.

Para ir terminando, una curiosidad sobre la leche: el calcio es blanco, pero no tanto como aparece en los anuncios, sino que tiene un tono plateado.

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