Leche Materna, vs Leche de Vaca

La leche materna ofrece al niño el alimento excelente y completo durante los primeros 6 meses de vida y hasta los primeros dos años, al ser completada con otros alimentos.

La leche materna tiene diferentes sustancias, de las cuales sólo son conocidas unas cuantas. La variación está no sólo entre mujeres, sino también en la misma madre, entre ambas mamas, entre amamantadas y en las distintas etapas de la lactancia.

Proteínas

La leche de vaca contiene más proteínas, que pueden producir una reacción alérgica a los bebés y presentar resistencia a la digestión ácida del estómago, pudiendo pasar por el intestino sin ser digerida.

La leche materna contiene menos proteínas, siendo más fácil de digerir al no coagular. Esta leche contiene unas proteínas que favorecen la absorción de las grasas y tienen una acción bactericida. En el calostro hay una proteína llamada lactoferrina, que adhiere el hierro.

Hidratos de Carbono

En la leche materna el principal hidrato de carbono es la lactosa, presente en mayor cantidad que en la leche de vaca. Este azúcar es transformado en ácido láctico por la flora intestinal, lo que favorece la absorción de calcio, hierro, fósforo y otros minerales. Su concentración no varía a pesar de las modificaciones dietéticas y las condiciones nutricionales de la madre. El resto de azucares de la leche materna favorecen el crecimiento de bacterias que crean un medio intestinal adecuado que impide el crecimiento de ciertos microorganismos patógenos.

Grasa

La grasa es el componente más variable y la principal fuente energética de la leche materna. El contenido en lípidos varía de una mujer a otra, de una toma a otra. La leche materna es más rica en grasas que la de vaca, y más abundante en ácidos grasos insaturados, que influyen en el crecimiento del sistema nervioso. Además, la leche materna contiene más colesterol que la de vaca.

Vitaminas y Minerales

La leche materna contiene las vitaminas en la concentración adecuada para los bebés. Una excepción es la vitamina D, que debe darse como suplemento para favorecer la absorción y sujeción del calcio.

La concentración de la mayoría de los minerales en la leche materna, no se ve afectada por la dieta de la madre.

La leche materna es tres veces menos rica en minerales que la leche de vaca, en especial en sodio. El contenido en calcio y hierro es menor, pero su absorción es más efectiva.

La leche materna tiene agentes que favorecen el equilibrio de la flora intestinal, además le traslada inmunoglobulinas que le proporcionan protección inmunológica.

La leche es el alimento perfecto para el niño pequeño, siempre que sea la materna, ya que es el mejor alimento producido por la naturaleza a través de la madre. Sin embargo, una vez que el niño tiene los dientes desarrollados para masticar, no hay porque seguir dándole leche, pocas madres dan el pecho a sus hijos, más de un año, pero si les dan leche preparada creyendo que es el alimento perfecto. Este es uno de los más grandes errores de la sociedad actual, puesto que, pasado el periodo de lactancia, el cuerpo ya no necesita leche.

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