El queso en la cocina

Se puede utilizar en la preparación de diversos platos

Elegir el queso

Los quesos más adecuados para la cocina suelen ser los más maduros y de sabor concentrado, tales como el de Mahón, Roncal, Idiazabal, Manchego, etc.

Los quesos duros resultan adecuados para rallar, para elaborar gratinados y salsas. Se deben rallar en el mismo momento de su utilización. Ejemplos: Mahón, Roncal, Idiazabal, Manchego curado, etc.

Los blandos, frescos, son ideales para ser batidos y triturados a la hora de formar pastas y cremas, para dar cuerpo a un flan, soufles, o unos huevos batidos. Ejemplos: Burgos, Cervera, Villalón, Alicante, etc.

Los quesos grasos, son una buena opción para trocear en taquitos y lonchas, y tomarse crudos en ensaladas o calentarse a fuego suave. Ejemplos: Los de Nata de Cantabria, Gallegos de Ulloa, de Tetilla, Vidago…

La mantequilla ayuda a que el queso se derrita y se extienda mejor.

Por otra parte, la consistencia del queso también nos indica la elaboración más adecuada.

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