El gran gastrónomo Jean Anthelme Brillat-Savarin, denominó al queso époisses el rey de los quesos, afirmó que se trata de un queso de aquellos malolientes, pero maloliente de verdad, elaborado con leche, cuajo y moho. Su olor es tal, que hay que tener una nariz de acero y muchas ganas de probarlo para ser capaz de degustarlo.
Este es un queso muy reputado en Francia, al igual que lo son el Brie o el Camembert. Es un queso cremoso y suave. Los quesos de pasta blanda y corteza enmohecida presentan una corteza blanca amarillenta, aterciopelada que se forma por acción de los mohos en la superficie del queso.
Durante la curación se les lava la corteza con agua salada, y su color pasa del amarillo al rojo oscuro, haciendo que el sabor final sea más o menos intenso. Este sabor es intensamente lácteo y quizás algo salado. El queso en cuestión es tan apreciado que se llevó la Medalla de Oro Paris 2004 en el Concours Général Agricole.