Sí, lo confesamos, somos unos «quesoadictos», y por eso nuestra web no podía llamarse de otra forma. Nos encanta el queso, todos los tipos de queso, y lo comeríamos a todas horas ¿A ti te pasa igual? Tranquilo, tu adicción al queso tiene una explicación científica.
EL QUESO ES ADICTIVO
Lo ves y se te hace la boca agua. Comes una cuña de queso y no pararías»¦ Es normal, pues junto al chocolate y al café, el queso es uno de los alimentos más adictivos.
Esto se debe a que contiene caseína, una sustancia presente en todos los lácteos, pero que en el queso se encuentra muy concentrada. Al hacer la digestión la caseína se mezcla con los jugos gástricos y se produce una reacción química que crea la casomorfina, una sustancia similar a la morfina y los opiáceos y que genera en nosotros una agradable sensación de relax y bienestar, algo muy similar a lo que sucede cuando nuestro cuerpo libera endorfinas. En la leche materna encontramos también esta sustancia, que produce e bienestar y tranquilidad al bebé, lo vincula psicológicamente a la madre y le produce sueño. Al crecer, muchos continuamos con la costumbre de tomar un vaso de leche caliente, pues tiene efectos relajantes.
En el proceso de elaboración del queso gran parte del agua de la leche se evapora, por lo que la concentración de caseína y grasa es mucho mayor y por ello resulta más adictivo que otros lácteos. Además, la gran cantidad de variedades, texturas y sabores que podemos encontrar, hacen del queso un producto muy placentero y un auténtico objeto de deseo.
Por otra parte, además de proporcionarnos un gran placer al degustarlo, el queso aporta importantes beneficios para la salud por ser uno de los alimentos con más calcio y por su alto contenido en ácido fólico, vitaminas y proteínas (especialmente los quesos de cabra y los quesos de oveja). Los quesos elaborados artesanalmente y con leche de calidad contienen además importante cantidad de CLA (ácido linoleico conjugado), un ácido que refuerza el sistema inmunológico y ayuda a eliminar la grasa y a prevenir la obesidad. Además, el queso también fortalece nuestros dientes, pues reduce la placa bacteriana y estimula la producción de saliva.