¿Quieres ser más fertil? Toma yogurt

Según resultados preliminares de un estudio, el yogurt incrementa el peso testicular en machos de ratón, mejorando la calidad del semen y aportando mejores ejemplares de reproducción. Pero, ¿en qué nos ayudaría?

Antecedentes

El verano pasado un grupo de cientificos del MIT (Massachusettes Institute of Technology) iniciaron una investigación para comprender los efectos del yogurt en la obesidad, utilizando resultados de un estudio de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard que alegaba que el yogurt, más que cualquier comida, ayuda a prevenir el incremento de peso por envejecimiento.

El equipo del MIT, liderado por la bióloga Susan Erdman y el genetista Eric Alm, quiso replicar el estudio en ratones.

Así, los investigadores usaron a 40 hembras y 40 machos para alimentarlos en tres grupos: uno con dieta alta en grasa y baja en fibra y nutrientes, emulando las aportaciones de la comida chatarra. Otro, con una dieta normal para ratones.

Al tercer grupo de roedores se le administró una dosis de yogurt de vainilla.

El objetivo era entender el porqué una dieta basada en probióticos afecta los rangos de obesidad y sus respectivas complicaciones, como el cáncer. Pero como pasó con la penicilina, los resultados podrían ayudar a otro tipo de problemas…

Resultados grandes

En palabras de Erdman, «los aspectos más entretenidos de todo esto fueron cosas que no anticipamos».

Al parecer, los científicos se dieron cuenta que los ratones con dieta de yogurt presentaban un pelaje muy brilloso: usando las mismas técnicas tradicionales de histología, los investigadores mostraron que los roedores tenían una densidad folicular diez veces mayor.

Luego observaron algo singular en los machos: proyectaban unos testículos acrecentados, que les proveía a su vez cierta «arrogancia ratonil» para el apareamiento.

Ya midiendo los órganos reproductivos, encontraron que los machos con la dieta a base de yogurt presentaban testículos cinco por ciento más gruesos que los machos alimentados con la típica dieta ratonil, y 15 por ciento más pesados que los ratones con la dieta de comida chatarra.

Lo importante es que este cambio de masculinidad en los ratones afectó su demanda romántica: en experimentos de apareamiento, los machos de la dieta de yogurt inseminaron a sus parejas más rápido, además de haber producido más crías que los demás ratones.

En contraste, las hembras con consumo de yogurt dieron luz a camadas más grandes que se destetaban rápidamente.

Con estos resultados, no publicados oficialmente, Erdman y Alm piensan que los microbios probióticos, aquellos agentes que resultan en la fermentación del yogurt y otros alimentos, ayudan a los animales a desarrollar un organismo mas delgado y sano, lo que indirectamente mejora la virilidad sexual.

Los hallazgos podrían tener implicaciones para la fertilidad humana, ya que el estudio también busca la relación entre la dieta de yogurt y la calidad del semen en los machos.

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