El objetivo es obtener lácteos con alto valor nutricional y propiedades beneficiosas para la salud. Con esa premisa el Centro Inti Lácteos estudió la mejor forma de alimentación de las búfalas para la obtención de leche con alto contenido de CLA en el tambo de la Estancia Nuestra Señora de Itatí, en Corrientes.
Las provincias de Corrientes y Formosa nuclean la mayor cantidad de búfalas de la Argentina. Sin embargo, a pesar de contar con la producción láctea de esta especie no tradicional, deben abastecerse de leche proveniente de otras regiones del país. Por este motivo el INTI impulsa el desarrollo de lácteos bubalinos funcionales en regiones extra pampeanas.
Para eso se unieron con la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), el Inta y la Universidad Nacional del Litoral (UNL), en el desarrollo de lácteos funcionales de especies no tradicionales con alto valor nutricional y propiedades benéficas para la salud.
Existen numerosos estudios que avalan el efecto reductor de este ácido sobre los valores de colesterol y trilgicéridos en sangre, además de disminuir determinados tumores.
«La producción de leche bubalina es estacional, son animales silvestres a los que se debe adaptar a la producción láctea. Las pariciones se concentran entre enero y marzo, una vez que entran a parir empiezan a dar leche y ahí se amansan y adiestran», resaltó el veterinario Carlos Cañameras, especialista del Inti.
Como parte del proyecto, los especialistas también efectuaron un diagnóstico en la planta de producción de quesos y dulces de leche.
En Argentina existen aproximadamente unas 100.000 cabezas de ganado bubalino y representan la tercera población de América, detrás de Brasil, que cuenta con 3.5 millones de cabezas y Venezuela con 350.000 ejemplares.