Son muchos los puertorriqueños que creen falsamente que la leche en Puerto Rico se recicla. Esto explicaría la extraña costumbre de cientos de personas que durante su visita a los supermercados intentan descifrar los números impresos que aparecen en la parte inferior de las cajas de leche UHT, creyendo que indican la cantidad de veces que el producto ha sido reciclado.
«Siempre miro los numeritos de abajo para saber cuántas veces ha sido reciclada. Si pasa del 3 no se puede comprar; ya es muy vieja para consumir», indicó en entrevista don José Torres, vecino de Bayamón, para explicar su raro hábito.
«Tuvimos casos de que empleados iban al supermercado y veían a la gente mirando las cajas por debajo y les decían que estaban mirando para saber cuántas veces se había reciclado la leche, entonces ahí tenían que orientarles y decirles que eso era falso», acotó Larry Lugo, director ejecutivo de la industria lechera Indulac. Aclaró que los números pertenecen a un control de lote y no a la cantidad de veces que se recicla, ya que la leche UHT nunca se recicla.
«Desde hace un tiempo habíamos escuchado eso, pero no le habíamos prestado importancia para no hacer ruido porque de verdad es algo que no es cierto. La leche no se recicla, de hecho, ninguna industria lechera en Puerto Rico recicla la leche», aseguró el director ejecutivo.
«De verdad que yo no sé de dónde salió esa información, pero esos números ya vienen impresos en las cajas y son para el control de calidad y significan el número de las bobinas por donde pasa el producto», afirmó Lugo.
Asimismo, hizo referencia a las crucecitas de colores que aparecen también en la parte posterior de cada caja que representan la referencia del pantón en la imprenta.
Lugo enfatizó que el único número al que deben prestar atención los consumidores es a la fecha de expiración. Cabe destacar, que el director ejecutivo confirmó que la leche UHT tiene una duración de hasta 12 meses.
De hecho, reafirmó que aunque hay distintas industrias lecheras en la Isla, todas provienen de las mismas vaquerías ubicadas en Hatillo, San Sebastián, Lajas y Cayey. Lo único diferente es el proceso de pasteurización.
«La leche es la misma, lo único diferente es el proceso para pasteurizarla que en el caso de nosotros hace que dure por mucho más tiempo», concluyó.