Los helados… esa dulce tentación

Muchos fans tuvo este alimento a lo largo de la historia: desde Marco Polo hasta Julio César o el rey Carlos I de Inglaterra y es que actualmente sigue gustándonos su sabor y nos resulta un placer atemporal.

Aunque los españoles no somos los más «heladeros» en algunos países lo consumen tanto en invierno como en verano – Argentina, Canadá, Italia…Yo la verdad cuando nieva fuera lo que más me apetece es un buen chocolate con churros pero…el verano y los helados hacen un tándem inseparable

En el mercado existen infinitas opciones, desde los helados más cremosos con el eslogan «tú también caerás» hasta los helados de hielo y saborizantes y colorantes artificiales….Y es que aunque éste era un alimento de la nobleza hoy en día es un privilegio muy accesible y como diría la publicidad : I -RRRRRRE-SIS-TI-BLEEE

Yo os propongo una opción casera muy sencilla, económica, rápida y saludable…algo así como el «Bueno, bonito, barato» de la nutrición. Porque, claro que soy fan de éste alimento, pero cuanto más natural, mejor.

Yo lo he elaborado a partir de sandía, me encanta su sabor y además me parece el mejor refresco natural para el verano. Es rica en potasio, magnesio, vitamina A y C, fibra y sobretodo en agua -más de un 90% de su composición es agua, lo que la convierte en una fruta muy baja en calorías, unas 30 kcal por cada 100 gramos- Además, también es rica en licopeno, un potente antioxidante también presente en el pimiento rojo o en el tomate.

Ingredientes:

– Sandía (no utilizo cantidades, unas 2 o 3 rodajas)

– Yogur Cremoso (desnatado si prefieres algo más ligero)

Batir todo, congelar y listo!!!!

Yo prefiero no echarle azúcar. La industria nos tiene acostumbrado a los sabores muy dulces, de tal manera que no sabemos apreciar únicamente el sabor de la fruta. Hay que ir acostumbrando al paladar…la fruta ya es dulce de por sí, no necesita ningún edulcorante!!

En este caso yo he preferido la sandía pero existen infinitas opciones: plátano, fresas, plátano y fresas, higos, etc