Por su alto contenido en calcio, proteínas y vitaminas, los helados son una opción más que saludable para personas de todas las edades y personas con bajo estado de ánimo . Como merienda saludable, tentempié o para cenar, este alimento ha dejado de ser una golosina o un aporte extra de calorías para convertirse en un elemento más de nuestra saludable dieta mediterránea.
100 gramos del helado más calórico supone un aporte máximo de un 15 por ciento del total de las calorías que necesitamos.
Siempre se ha creído que consumir helados tiene una serie de desventajas, que se ha demostrado que no son ciertas.
Siempre se ha pensado que engordan, depende de la cantidad que se consuma, lo mismo que cualquier otro alimento.
Hay muchas variedades bajas en grasas y azúcar que son tan sabrosas y alimenticias como los que contienen mayor numero de azúcar.
También están los sorbetes que son los helados que menos calorías tienen, ya que su composición básicamente de agua hace que el aporte calórico sea mínimo.
Los helados no sólo no son nocivos para las dietas de control calórico, sino que nos ayudan a conseguir un nivel óptimo de vitaminas y minerales. En una contradicción someternos a una dieta severa, que genera ansiedad, y luego para compensar se cometen grandes errores.
En conclusión es muy recomendable en cuanto a nutrición, digestión y aporte calórico.
El helado con base de nata es el que contiene mayor proporción de grasa y de calorías. El helado a base de yogurt contiene menos grasa y un aporte calórico menor.
Los helados son mucho más que un delicioso capricho para el paladar. Son un alimento nutritivo que nos ayuda a hacer la digestión y una fuente de calcio para el organismo. Se disfrutan durante todo el año pero en verano, cuando el calor aprieta, su consumo aumenta de forma espectacular.