Incluso en cantidades moderadas forman parte de algunos tratamientos dietéticos para perder peso.
Para muchas personas comer un helado puede significar un pecado para la dieta, pero para otras, puede ser la forma adecuada de hidratarse o recibir nutrientes. Hay situaciones en las que una persona tiene dificultad para alimentarse, por ejemplo frente a la falta de apetito, un estado de anorexia por una enfermedad orgánica como el cáncer, problemas para deglutir o masticar, entre otras. En estas condiciones, la textura del helado de crema o de hielo resultan ideales para alimentarse o hidratarse.
No sólo se trata de la textura y de un buen aliado en situaciones de dificultad, sino que precisamente en verano, donde las altas temperaturas requieren garantizar la hidratación, los helados en general contribuyen con este objetivo desde la niñez en adelante. Sean de hielo, leche o crema, contienen al menos 70% de agua por lo general son una buena fuente de hidratación.
Cuando ocurre un proceso de deshidratación, por ejemplo tras un proceso diarreico, un helado de limón o maracuyá puede animar a cualquier niño a reponerse y contribuir de esta manera con su rehidratación. Recordemos que muchos de ellos tienen poca tolerancia oral, es decir, debido a las náuseas no toleran bien líquidos o alimentos.
Por otro lado, el temor que puede generar el helado por las calorías que aportan es muy relativo. En caso que el helado sea de hielo, este suele aportar entre 70 y 140 calorías, 100 gramos de helado de leche aporta en promedio 150 calorías. Son cantidades moderadas y adecuadas para un bocadillo incluso dentro de un tratamiento dietético para perder peso.
El helado de crema suele ser elaborado industrialmente, es principalmente crema de leche, es decir, grasa de la leche, azúcar, agua, saborizantes y aditivos. En promedio ofrece 300 calorías.
Desde el punto de vista nutricional, el helado de leche tiene un interesante aporte de proteína, azúcar, agua, mucho menor contenido de grasa que el helado de crema y un buen aporte de calcio y vitamina D. Incluso si se requiere incrementar las calorías, se le puede agregar otros alimentos como fruta deshidratada o fresca, en el caso de los diabéticos la fruta seca sería más adecuada.
Los helados de leche y crema son buena fuente de calcio. Incluso para los niños puede constituir el lácteo del día. Los que son de leche ofrecen 148 miligramos por cada 100 gramos de helado en promedio y los que son de crema, ofrecen en promedio 123 miligramos de calcio provenientes de la leche de vaca baja en grasa.
Dentro de lo que se considera una alimentación saludable, los helados consumidos con moderación (100 gramos, una bola o una porción) pueden estar incluidos en una dieta balanceada. Podemos aprovechar su textura y el agua para cumplir con necesidades especiales de calorías, hidratación y nutrientes como el calcio. De esta manera los helados pueden ser un buen aliado en tu nutrición.