Di adiós a la leche desnatada. Los últimos estudios han encontrado que la gente que toma leche entera engorda menos.
En este artículo no voy a hablar sobre si es saludable o no beber leche. Si eres alérgico o intolerante a la lactosa, déjala ya. La leche no es necesaria en la dieta.
Pero si tomas leche, la leche desnatada es una mala idea. En un reciente estudio con 1.500 personas a lo largo de 12 años se pudo comprobar que quienes tomaban productos desnatados tenían el doble de riesgo de ser obesos que quienes consumían leche entera, mantequilla, nata y queso. Incluso cuando se tomaban en cuenta las diferencias en ejercicio físico, consumo de verduras y alcohol.
Por si fuera poco otra revisión de 16 estudios descubrió que la grasa de los lácteos prevenía la obesidad y las enfermedades cardiovasculares en la mayoría de ellos.
¿Cómo es posible?
La leche se empezó a desnatar hace 40 años, cuando la profesión médica pensaba que la grasa era el origen de todos los males, y que había una relación directa entre consumir grasa, el colesterol y las enfermedades cardíacas. Hoy, varios estudios desmienten que exista esta relación.
Aún así puedes pensar, con razón, que la grasa contiene más calorías, así que debería engordar más. Hay dos posibles explicaciones para pensar que consumir leche con toda su nata puede ayudar a perder peso:
Saciedad: la grasa aporta más calorías, especialmente en el olvidado desayuno, y nos mantiene saciados durante más tiempo. Esto hace menos probable sucumbir a ese donut a media mañana.
Azúcar en sangre: la grasa baja el índice glucémico de la comida y amortigua las subidas repentinas de glucosa en sangre tras una comida, con lo que se evitan los picos de insulina que causan que se acumule grasa en nuestra barriga
Recuerda que comer menos azúcar y más grasa puede ayudarte a cambiar tu cuerpo y estar más sano, pero que no es una barra libre. Si tomas demasiada grasa, también engordarás.