Un estudio indica que el calcio, presente en los lácteos, ayuda a perder peso y también grasa corporal.
La obesidad es un problema de salud que lamentablemente, va en alza en países desarrollados como también en aquellos en vías de desarrollo.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), es urgente que se creen estrategias que ayuden a reducir de forma significativa la obesidad.
En esa línea es que han surgido una serie de estudios que buscan prevenir y tratar la obesidad. Entre esos destaca uno que indica que la leche es un alimento reconocido como fuente de múltiples nutrientes, algunos de ellos de gran importancia para la pérdida de peso, como el calcio, grasas, proteínas y péptidos bioactivos.
La investigación llamada «Lácteos en la prevención y tratamiento de la obesidad» y a cargo del doctor Mauricio Barahona, presidente de la Federación Centroamericana y del Caribe de Obesidad y Metabolismo, hace referencia a otros estudios que han señalado que el calcio ayuda a la pérdida de peso, grasa corporal total y grasa abdominal en comparación con las dietas que incentivan un menor consumo de calcio.
El experto explica que ha quedado en evidencia que en las dietas para perder peso, los lácteos descremados son alimentos de gran utilidad para cubrir los requerimientos de nutrientes muy importantes como las proteínas y el calcio.
«Las dietas hipocalóricas altas en calcio aumentan significativamente la pérdida de peso y el efecto sería mucho mayor si en la dieta se incluye un alto consumo de productos lácteos descremados». Ello «debido a la acción de nutrientes propios de la leche que junto con el calcio logran un efecto antiobesidad» explicó el especialista.
¿Cuántos lácteos consumir?
Los expertos en nutrición dicen que debemos consumir lácteos dependendo de las necesidades individuales y de la etapa de la vida en que nos encontremos.
Cabe recordar que los productos lácteos aportan calcio, fósforo, niacina y riboflavina; ricos en tiamina, cobalamina y vitamina A. Nutrientes como el zinc, pueden variar dependiendo del tipo del lácteo que se consume y el proceso al cual ha sido sometida la leche o sus derivados.