Uno de los alimentos más populares y degustados a lo largo y ancho del mundo es el queso.
A la inmensa mayoría de las personas nos gusta algún tipo de queso, y éste proporciona sabor a muchas comidas.
Sin embargo, cuando hablamos de la salud de los alimentos, hemos de ser conscientes de que no todos son buenos para nuestra salud, y hay algunos quesos, en este caso, de los que es mejor prescindir si tenemos ciertas limitaciones nutricionales.
Sin embargo, hay otros de los que podremos disfrutar sin mermar nuestra salud.
Vamos a ver unos y otros.
QUESOS «MALOS»
Son quesos que están en niveles peligrosos de sodio y con alto contenido en grasas.
Veremos algunos ejemplos:
Queso Parmesano, el Roquefort y el Americano:
Son quesos procesados cuyo nivel en sodio y grasas es muy elevado.
Los americanos no solamente tienen niveles peligrosos en este compuesto, sino que apenas son quesos, mas bien son «derivados del queso». Ya que contienen aditivos de todos los tipos, entre ellos, suero de leche, conservantes y emulsionantes, y además, son ricos en grasas saturadas.
Por otro lado, sólo 30 gramos de queso Roquefort tiene alrededor de 500 mg de sodio, es decir, aproximadamente la tercera parte de la cantidad diaria recomendada.
Queso azul:
En treinta gramos de queso azul semiblando, hay seis gramos de grasas saturadas, es decir, aproximadamente el 30% del valor diario recomendado.
QUESOS SALUDABLES O «BUENOS»
La mayoría de los expertos en nutrición está de acuerdo en que este tipo de quesos son saludables por su bajo nivel de grasa, poco contenido en sodio, y además, están muy buenos, con lo cual podremos disfrutarlos sin aprensión:
Gouda:
Es un queso holandés, de sabor dulce y con un matiz ligeramente a nuez, amarillo cremoso.
Se elabora con leche de vaca, pero los hay hechos con leche desnatada para reducir su contenido graso.
Aquellas personas con alergia a la lactosa deben consumir sólo gorda envejecido al menos durante un año.
Feta:
Hecho a base de leche de cabra y oveja, es ideal para los amantes del queso que sean sensibles a la lactosa.
Es un queso blanco y de textura suave.
Cuando encontramos una pieza algo más salada, podemos remojarlo en agua fría o leche y su contenido en sal se reduce ostensiblemente.
Requesón:
Un queso ideal para los deportistas y fanáticos del fitness, ya que es bajo en grasa, pero además, es muy rico en proteínas de caseína, muy indicadas para añadir volumen a los músculos.
Sin embargo, su contenido natural en sodio es elevado, por lo que habremos de buscar marcas que vengan fabricadas con poco sodio: miremos las etiquetas que así lo indiquen
Ricotta:
Un queso italiano fabricado en vez de con leche, con suero de leche, por lo que de forma natural contiene poca grasa (sólo un 5%).
De textura un tanto granulosa, es también ligeramente húmedo.
Es ideal para untar en panecillos y galletas, con fruta fresca.
Ahora tenemos una idea de qué quesos podemos disfrutar sin temor, así que no dudemos, podemos seguir disfrutando de este manjar que, posiblemente, por nuestra dieta, echábamos mucho de menos.