Varios estudios demuestran que los productos lácteos enteros no sólo no contribuyen a la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares, si no que incluso pueden ayudar a prevenirlas.
Es muy normal ver cómo la gente elige leche desnatada o desgrasada pero»¦¿Por qué? Porque durante décadas nos han lavado la cabeza con la afirmación de que la grasa láctea es perjudicial, sin embargo, investigaciones recientes sugieren totalmente lo contrario.
Un meta-análisis basado en 16 estudios demostró que los lácteos enteros no se asocian con obesidad ni enfermedad metabólica. En otras palabras, las personas que consumían alimentos lácteos ricos en grasa tenían menor riesgo de obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares (1).
Niveles circulantes elevados de ácido transpalmitoleico, un ácido graso que se encuentra en la grasa láctea, se asocian con niveles saludables de colesterol en la sangre, de marcadores de inflamación, de niveles de insulina y de sensibilidad a la insulina. En un estudio, varias personas con niveles altos de ácido transpalmitoleico en su sangre tenían un riesgo un 60% menor de desarrollar diabetes que aquellos con niveles más bajos (2).
Otro estudio demostró que las personas que consumían productos lácteos con toda su grasa tenían un riesgo un 69% menor de sufrir muerte cardiovascular que aquellos que consumían menos (3).
Existe un estudio donde se demostró que las mujeres que consumían dos o más porciones de productos lácteos bajos en grasa al día, sobre todo yogur y leche descremada, aumentaban el riesgo de sufrir infertilidad en más de un 85 % en comparación con las mujeres que consumían menos de una ración de alimentos bajos en grasa láctea por semana (4).
Cabe mencionar que todos estos estudios eran de naturaleza observacional, por lo que no prueba que los productos lácteos enteros sean responsables de todos los efectos mencionados. Pero sin duda hacen que sea difícil argumentar que los productos lácteos enteros sean perjudiciales y contribuyan a la obesidad, la diabetes y problemas cardíacos.
¿Cómo pueden prevenir enfermedades los productos lácteos enteros?
Resulta que algunos compuestos presentes en la grasa de los productos lácteos, tales como butirato, ácido fitánico, ácido transpalmitoleico, ácido linoleico conjugado»¦ han demostrado tener efectos beneficiosos.
El butirato proporciona energía a las células que recubren el colon, inhibe la inflamación en el tracto gastrointestinal y puede evitar que las bacterias colónicas accedan al torrente sanguíneo. De hecho, el efecto antiinflamatorio del butirato es tan fuerte que una dosis de cuatro gramos al día durante ocho semanas induce la remisión completa en un grupo de pacientes con enfermedad de Crohn (5).
El ácido fitánico, uno de los ácidos grasos de la grasa láctea, ha demostrado reducir los triglicéridos, mejorar la sensibilidad a la insulina y mejorar la regulación del azúcar en sangre en animales.
En un estudio con 2.600 adultos, otro ácido graso de la grasa láctea, el ácido transpalmitoleico, demostró reducir los triglicéridos, la insulina en ayunas, la presión arterial y el riesgo de diabetes (6).
El ácido linolénico conjugado (CLA), una grasa trans natural que se encuentra en los productos lácteos, puede reducir el riesgo de enfermedades del corazón, cáncer y diabetes (7).
Finalmente, la grasa láctea es también una buena fuente de vitaminas solubles en grasa como el retinol (vitamina A activa) y la vitamina K2, que son difíciles de obtener en la dieta.
¿Podemos consumir productos lácteos?
No hay duda de que los productos lácteos no sientan bien a todos. Algunas personas son alérgicas o intolerantes a las proteínas de los productos lácteos o son sensibles a la lactosa.
Pero para las personas que toleran los productos lácteos, no existe ninguna razón para elegir productos lácteos bajos en grasa o desnatados, de hecho, al hacerlo, se reducen o eliminan los beneficios que se obtienen de consumir productos lácteos.
Vuelve a meter en tu dieta productos lácteos enteros.
Productos lácteosEn lugar de un café con leche desnatada, elige leche entera. Mejor aún, hazte el café en casa y ponte un poco de nata orgánica.
En vez de yogur desnatado o sin grasa, tómate un yogur griego o un yogur hecho con leche entera.
En lugar de margarina o uno de esos sucedáneos de mantequilla hechos con aceites vegetales, elige mantequilla de verdad.
En lugar de queso bajo en grasa, elige queso elaborado con leche entera.
Puede que necesites un tiempo para acostumbrarte al sabor de los productos lácteos ricos en grasa si hace tiempo que no los consumes, pero te acostumbrarás rápidamente y tu cuerpo te lo agradecerá.