En un principio nadie podría imaginar que la cocaína y el queso están relacionados, pero un nuevo estudio de la Universidad de Michigan afirma que estos dos productos tienen algo en común.
Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Michigan, establecen una relación entre el queso y la cocaína. Las conclusiones revelan que la forma de procesar el queso, utilizando la caseína (proteína presente en la leche), crea un efecto opiáceo durante la digestión.
Al igual que otros alimentos denominados como adictivos, entre los que se encuentran los dulces, ahora se añade el queso a esta lista.
Según señala la CÑN, durante el estudio se pidió a 500 estudiantes que clasificaran los 35 alimentos vinculados a un comportamiento adictivo, entre ellos se encontraban principalmente aquellos que han sido altamente procesados.
El contenido de grasa es uno de los principales indicadores para la clasificación de «alimentos problemáticos». En la mayoría de los quesos existe un alto contenido en grasa, quesos tipo camembert, cheddar, etc.