Resulta ideal para el desayuno, una merienda y también como postre, sin embargo, no pocas veces queremos, en el caso del natural, variar su sabor, experimentar nuevas texturas, sobre todo para los niños o los comensales más exigentes.
En este caso le sugerimos recurrir, primeramente, a las frutas frescas que podemos hallar en nuestros mercados, tratando siempre de seleccionar aquellas maduras. En todos los casos lávelas bien, con abundante agua, pélelas, retírele las semillas y páselas por la licuadora o por la batidora hasta formar un ligero puré. En el caso particular del mango le sugerimos colar muy bien la mezcla.
También puede hacer un jugo bien concentrado de naranja o limón. Las proporciones dependerán de su gusto.
Otra opción es agregar las frutas cortadas en cuadritos y agregarlos al yogur, de esta manera obtendrá un producto rico en fibra dietética, ideal para la digestión.
Como es sabido, el yogurt natural tiene un sabor un tanto ácido lo cual no gusta a todos, por lo general la mayoría de las personas le adicionan azúcar. ¿Otras variantes que le sugerimos? Una cucharadita de miel, unas cucharadas de mermelada (mango o guayaba) en el vaso o copa donde lo sirva.
Por último, le recomiendo dos variantes exquisitas: adicionarle al yogurt unas gotas de esencia de vainilla o de café recién colado, y revolver bien la mezcla, con conocimiento de causa le garantizo que le cautivarán.